Trabajadores Inmigrantes en Iowa

#BlueCard: La tarjeta que blindaría a los campesinos de los ataques de Trump

Temerosos de que se vayan, los representantes buscan proteger a los trabajadores que alimentan al país.

Por: Omar Porcayo

La industria agroalimentaria vive momentos de incertidumbre. Campesinos, granjeros y asociaciones, están agobiados por la cruzada antiinmigrante de Donald Trump, que está dejando los campos vacíos por la escasez de personal, además de que cierne la amenaza del desabasto y el alza en el precio de los alimentos.

Por eso, un grupo de demócratas encabezados por la senadora Dianne Feinstein y el congresista Luis Gutiérrez, presentaron la iniciativa para implementar la blue card, que es una vía para que los inmigrantes sin autorización que trabajan en el campo, pueden hacerlo sin el miedo a la deportación, y se legalice su situación migratoria.

Se estima que de los 2.6 millones de campesinos en el país, el 50 % son indocumentados, los principales blancos de la retórica discriminatoria de Trump.

Trabajadores inmigrantes en el campo
Más de la mitad de los trabajadores del campo son inmigrantes sin autorización. (Foto: AP)

Atemorizados por el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés), miles de campesinos han dejado sus centros de trabajo, incrementando el ya de por sí preocupante déficit laboral en zonas como el Valle Central de California.

La semana pasada 50 campesinos fueron expuestos a un polémico pesticida que les causó malestares como náuseas y dolor de cabeza en el condado de Kern. Al menos la mitad prefirió dejar el lugar sin recibir atención médica, que esperar a los servicios de emergencia.

“Creo que se fueron porque tenían miedo de encontrarse con ICE o que revisaran su documentación… no querían tomar ese riesgo”, contó a HuffPost Arturo Rodríguez, presidente de United Farm Workers.

Para Rodríguez el clima político hace aún más vulnerable a los trabajadores del campo, por lo que la blue card, podría aliviar la presión sobre trabajadores y empleadores.

La blue card ofrece a los campesinos que han trabajado por 100 o más días en la agricultura en los últimos dos años, un permiso para trabajar y pagar impuestos. Si después de cinco años de trabajar en el campo no tienen antecedentes criminales y han cumplido sus obligaciones ciudadanas, pueden optar por una green card, que es el primer paso hacia la ciudadanía.

“Los campesinos siempre son considerados al último entre nosotros y eso no está bien”, dijo Feinstein en una audiencia en Fresno el pasado jueves.

Dianne Feinstein, senadora demócrata por California. (Foto: AP)

“La comunidad indocumentada hace el trabajo en el campo y son buenos… esta iniciativa les da la oportunidad de demostrar de lo que son capaces con un camino a la ciudadanía”, agregó.

La visa H-2A que permite a los empleadores contratar trabajadores extranjeros temporales ha registrado un incremento en su demanda de 36 % en los primeros tres meses de la administración Trump, sin embargo, asociaciones de granjeros acusan que es un método burocrático y costoso, que no resuelve el problema de fondo.

“Por qué los legisladores están tan poco conscientes de lo que está pasando en nuestra producción agrícola, especialmente de los problemas que atravesamos aquellos que necesitamos muchos trabajadores, simplemente no lo entiendo”, expresó Tom Nassif, CEO de Western Growers. “Estamos perdiendo trabajos en el país e importamos más comida, no hay nada positivo en eso”.

En una reunión con líderes agrícolas, Donald Trump aseguró que no perseguiría a los campesinos sin autorización, pero ya se han documentado redadas de ICE en centros de trabajo, tirando por la borda cualquier promesa del presidente.

Aunque la blue card salió del Senado como una iniciativa bipartidista, ya se escuchan las voces del sector más conservador del Partido Republicano, que piensan bloquearla, como hicieron en 2013 con una propuesta similar incluida en el proyecto de reforma migratoria denominada “Gang of Eight”.

“Es una respuesta necesaria, urgente y razonable, a la realidad de que la mayoría de los campesinos en este país son indocumentados y la agricultura será muy dañada sin un gran número es deportado”, explicó Bruce Goldstein, presidente del grupo defensor de derechos civiles, Farmworker Justice.

¿Podrán los republicanos anteponer la necesidad de alimento a sus estigmas y prejuicios, para apoyar esta propuesta?

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