El proyecto es una especie de terapia de grupo para detectar puntos débiles que llevaron al fracaso y, por supuesto, no volver a caer.
Por: Grethel Delgado
Están en lo cierto quienes aseguran que en tiempos de crisis surgen las mejores ideas. Así ocurrió con un proyecto que ahora mueve a miles de personas en varios países. Sí, personas fracasadas, pero con ganas de salir del agujero, pues quien no fracasa, no sabe triunfar.
Después de unos cuantos mezcales, empresarios en México dejaron el orgullo a un lado y comenzaron a hablar de sus peores momentos. Fue en una noche del año 2012, en Ciudad de México. Así nació esta idea de reunirse en las noches para hablar de las razones que los hicieron fallar, en un proyecto llamado Fuckup Nights, que se expandió rápidamente por todo el mundo.
Sus fundadores son Leticia Gasca y Carlos Zimbrón. Leticia también dirige el Instituto del Fracaso y Fuckup Nights. Según datos recogidos en el libro de su autoría, “Sobrevivir al fracaso”, un 80 % de las empresas fracasa antes de los 2 años de haberse creado. Con esos números, el nivel de esperanza disminuye, pero Gasca no lo ve así, pues todo se trata del ángulo desde el cual miremos los errores.
Muchos desaciertos son de hecho provechosos para tu proyecto, empresa o negocio. Pues ningún auto clásico fabricó su primer borrador. El ejercicio está en equivocarse, borrar, tachar, tirar lo que no sirve y reconstruir todo. Así se pulen los diamantes.
Como aseguran en su material informativo, cada mes, más de 10,000 personas asisten a las famosas Fuckup Nights.
Terapia de exitosos fracasados
A través de reuniones periódicas, personas de diferentes profesiones e intereses se unen para “tallerear” sus problemas. Sobre todo se enfocan en detectar las causas por las cuales han fallado en la vida.
¿Cómo se hace? Pues cada persona tiene unos 7 minutos para hablar de sus problemas (entiéndase fracasos, traumas, errores recurrentes), y lo puede hacer apoyándose en 10 imágenes. Luego, las personas del público le hacen preguntas o comparten historias similares, y así pasan una noche entera entre chelas y fracasos.
Está demostrado que ver los errores de los demás nos hace más fuertes, de manera que no comenzamos a criticarnos todo el tiempo, pues a otros también se les hace difícil crear un negocio o hacer un proyecto. Los errores nos hacen más humanos; claro, repetirlos una y otra vez, pues no.
Reírse de uno mismo funciona
Pero no nos engañemos. Es muy divertido. Esta terapia, parecida a Alcohólicos Anónimos, termina con ideas y soluciones para que el fracasado no vuelva a equivocarse. También podría parecerse a un taller literario donde cada uno hace su historia de terror y misterio. Sea como sea, los participantes pueden sentirse bien al constatar que no son los únicos fracasados del mundo, y todos se ríen de sus errores.
Estas reuniones son gratuitas, así que no hay motivos para rechazar la invitación. Si ya tienes deseos de “terapear” tus problemas, puedes seguir el calendario de reuniones aquí.
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