El brillante químico mexicano que mandó al diablo a Trump

El brillante químico mexicano que mandó al diablo a Trump

El efecto Trump: alejar a uno de los genios más importantes del mundo.

El mexicano Alan Aspuru-Guzik es una de las grandes mentes en el mundo de la química moderna, y tiene claro que él y Donald Trump son como el agua y el aceite y no se mezclan, por eso decidió abandonar los Estados Unidos y continuar su exitosa carrera en Canadá.

Graduado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y profesor de la Universidad de Harvard, Aspuru continuará su trabajo en la Universidad de Toronto debido al “problema étnico” que se sobrevino a partir de la elección del republicano.

Considerado uno de los genios de la actualidad en Química y Biología, este mexicano nacido en los Estados Unidos tiene una vocación multifactorial en su búsqueda por “acelerar el conocimiento”, por medio de la integración de la computación cuántica, la inteligencia artificial y el aprendizaje de máquina a la química.

“Somos pocos los científicos a los que nos encanta ver lo que pasa en todos los edificios de la universidad y potenciar la ciencia poniendo juntas diversas cosas. La hiper especialización es parte de la cultura del científico moderno. Pero la acción, la tensión, la emoción, está en la fricción entre campos”, expresó en entrevista con EFE.

Aspuru no fue uno de tantos que amenazó con irse de EE. UU. si ganaba Trump, él sí cumplió su promesa por la  “desintegración del respeto a los otros”.

“Lo que está pasando en los EE. UU. es un problema étnico: el blanco entre comillas que se siente muy amenazado por los inmigrantes y la gente que no se ve como ellos”, explicó el investigador.

“Yo soy un migrante, aunque nacido en EE. UU., crecí toda mi vida en México,tengo dos pasaportes y soy una persona internacional. No puedo estar tranquilo en un lugar donde veo esta tendencia”, agregó.

La nacionalidad mexicana de Aspuru no es una venda en los ojos, él está consciente de que en el país donde nació las cosas no son “color de rosa” y la corrupción rampante podría convertirse en la regla también en EE. UU. con el actual gobierno.

“Decidí que para estar más tranquilo, poder concentrarme en la investigación bien y no tener que estar preocupado día a día de las situaciones tan irrisorias y a veces surreales que están pasando, era mudarme a otro país en el que la dinámica está un poco más avanzada, las discusiones de cosas muy básicas ya se resolvieron”, dijo.

Aunque se considera un ciudadano del mundo, Aspuru no se sustrae a las necesidades de México y por eso mantiene una línea de apoyo para que jóvenes estudiantes mexicanos se integren a su equipo de trabajo.

Aunque no aclaró la temporalidad de su autoexilio, quizás cuando pase la “pesadilla” una de las mentes mexicanas más brillantes regrese a EE. UU.