Este inmigrante encontró en el balón a su mejor amigo para alcanzar el "sueño americano".
Por: Omar Porcayo
Correr un maratón a 2,250 metros sobre el nivel del mar no es nada sencillo. Ahora imagina que tuvieras que llegar a la meta haciendo malabares con un balón de fútbol, sin que se te caiga una sola vez.
Así fue el reto del mexicano Abraham Muñoz, quien hace una semana impuso un nuevo récord Guinness al “dominar” la pelota durante 42 kilómetros en un tiempo de 5 horas 41 minutos y 52 segundos.
El marco de la proeza fue el maratón de la Ciudad de México. Ahí cayó la marca que prevalecía desde 1990 cuando el checo Jan Skorkovsky, corrió el Maratón de Praga en 7 horas 18 minutos y 55 segundos.
“Fue complicado porque rebasé a mucha gente. Eran 35,000 corredores y rebasé a casi 15,000… Lo que más me gustó es que había mucho apoyo de los corredores, me abrían paso de repente”, dijo en entrevista con El Universal, el atleta conocido como “Soccer Man”.
Esmog, viento, baches, topes, el recorrido estuvo lleno de complicaciones, pero los superó. Y es que Abraham de 41 años, está acostumbrado a sortear obstáculos, así ha sido su vida.
“Si yo puedo, tú puedes”.
Su familiaridad con el balón le hizo vislumbrar un futuro promisorio en el fútbol profesional de México, sin embargo la falta de oportunidades en los equipos donde se probó, le orillaron a tomar un rumbo muy distinto.
“Me pedían dinero por debajo del agua”, contó sin querer revelar en qué clubes sucedió.
A los 14 años decidió emigrar a los Estados Unidos. Salió de Zinapécuaro, Michoacán, a trabajar en el campo de la Unión Americana.
“Fue una vida difícil, porque yo quería estudiar y que alguien me viera jugar, pero tuve que trabajar para sobrevivir en la cosecha de fresa, pepino, morita… Eran unas friegas, pero no teníamos otra opción para vivir”, abundó.
Abraham no desistió y de alguna manera encontró en el balón a su mejor aliado para superarse en la vida, aunque no fuera de la cancha.
Gracias al apoyo de varios patrocinadores ha podido demostrar su talento alrededor del mundo. Ha impuesto varias marcas como la dominar el balón por 21 horas seguidas, y correr los 100 metros en 17.53 segundos.
“En Estados Unidos sufrí mucho para sobresalir, pero ahorita ya tenemos una vida tranquila. Tengo un negocio de club de futbol, Chicago Wild Cats. Viajo mucho haciendo exhibiciones en varias partes del mundo. Chamba no me falta”, concluyó.
Sin duda, una historia de éxito y amor por el balón.