Apenas Trump fue electo, sus partidarios embravecidos y seguros insultaron a mexicanos y a otros latinos.
Por: Oso Oseguera
Abri Islas, un niño de 7 años, abrazó a su papá y le dijo entre lágrimas: “El presidente Trump nos va a separar”. No preguntó, afirmó. La familia Islas vive en Nueva York.
Abri (diminutivo de Abraham) nació en Estados Unidos, pero toda su familia (padres y dos hermanos) no. Así que teme que los regresen como prometió Donald Trump en campaña.
Middle school students in Royal Oak, Michigan chanting "Build The Wall!" pic.twitter.com/38vcnN9mnk
— Philip Lewis (@Phil_Lewis_) November 10, 2016
Y es que el discurso racista, antimigrante y xenófobo de Trump, más el envalentonamiento de nacionalistas blancos entre sus partidarios, asusta a grupos minoritarios de Estados Unidos.
Se han reportado desde el miércoles burlas, hostigamiento y ataques menores a latinos en Texas, Nueva York y otros estados con fuerte presencia de mexicanos.
Con Trump electo presidente, nos demuestra que en pleno 2016, en USA todavía existe un racismo fuerte contra los latinos.#TrumpPresidente
— Emmanuel M. Navas (@Emmanuelmnavas9) November 9, 2016
Abri Islas pidió el jueves que no lo llevaran a la escuela, pues un día antes –una vez que se supo del triunfo del candidato republicano– el acoso por razones étnicas se incrementó. “’Mexicat, brownie, ilegal’, nos gritaban otros niños”, le relató el pequeño a Barrio.
Otro chico fue golpeado y su hermana mostró las fotos en redes sociales. También le escupieron y lo acosaron con que esperan que lo deporten.
Thomas Saenz, presidente y asesor general del Fondo de Defensa Jurídico Mexicano-Estadounidense en Los Ángeles, le dijo a Reuters que su organización ha hecho llamados para mantener la calma, enfatizando que las protecciones constitucionales y los asuntos prácticos harían improbable la deportación de 11 millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos.
“La retórica de Trump fue aterradora”, dijo Saenz. “También fue poco realista”.
Pero Ignacia Rodríguez, abogada del Centro Nacional sobre el Derecho de Inmigración, con sede en Los Ángeles, comentó también a la agencia de noticias que su organismo no estaba tan seguro de que la base de datos del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia no pudiera ser usada para realizar deportaciones bajo el Gobierno de Trump.
“La respuesta honesta es que no sabemos qué va a pasar”, dijo Rodríguez.