Ninguna de las personas que presenciaron la agresión la ayudó
Becky, una mujer mexico-estadounidense de 70 años, fue golpeada en un autobús de Los Ángeles porque su atacante pensó que era de origen asiático.
La mujer iba a comprar alimentos en el vecindario de Eagle Rock, cuando una joven de 23 años identificada como Yasmine Beasley, comenzó a lazarle insultos racistas.
No conforme con los insultos, la joven afroamericana golpeó a la adulta mayor en la cara y cuello, causándole una conmoción cerebral y una fractura en la nariz.
De acuerdo con sus familiares nadie en el autobús la ayudó, ni siquiera el conductor, y fue hasta que Becky llamó a la policía que la mujer se detuvo.
Becky estuvo hospitalizada durante 24 horas, pero su hijo Pete denunció que su madre presenta dificultades para caminar, pues el ataque empeoró su condición preexistente de artritis lúpica y otras discapacidades.
La policía de Los Ángeles señaló que continúan investigando si se trató de un crimen de odio.
En las últimas semanas, aumentaron los ataques contras las personas de origen asiático por lo que surgió el movimiento #StopAsianHate para detener las agresiones.
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