Mexicana se sobrepone a todos los obstáculos y es campeona mundial de gimnasia.
María Bárbara Wetzel Aguilar, mejor conocida como Bibi, es una mexicana de apenas 12 años cuya historia de vida es inspiradora y llena de orgullo a su país.
Nativa de Coatzacoalcos, Veracruz, esta semana se convirtió en una de las máximas ganadoras de medallas en los Juegos Mundiales de Trisomía, celebrados en Florencia, Italia. Tres preseas de oro y dos de plata, fueron su cosecha en la disciplina de gimnasia.
Los logros de Bibi son por demás encomiables, pues el síndrome de Down, no le ha impedido ser una gran exponente en el deporte que ama.
"Bibi" María Wetzel niña mexicana con IEP gana Olímpiadas Down a sus 11 años #Ideasparallevar pic.twitter.com/cj3diE0G4z
— El Toper (@EltoperMx) July 20, 2016
“Estoy muy bien, feliz y acompañada“, dijo la joven al arribar a la Ciudad de México, a El Universal, tras su gesta en la competencia internacional.
“Me sentí orgullosa y bien por los logros, también algo sorprendida”, agregó.
Bibi practica gimnasia desde los tres años y en 2015 se convirtió en campeona mundial con esta rutina, que dejó maravillados a los jueces.
Autora de su propio destino
Los doctores le dijeron a Mónica Aguilar que su hija padecía hipotonía, un trastorno que debilita el tono muscular, muy común en los niños con síndrome de Down.
“Me dijeron que mi hija nunca aprendería a saltar en un pie, y ahora hace lo que la mayoría no puede”, contó a Verne, la mamá de Bibi.
La persistencia y apoyo de sus padres, la encaminaron al deporte de la gimnasia, donde ahora brilla con luz propia.
Los Juegos Mundiales de Trisomía, son una especie de Juegos Paralímpicos, creados para que los atletas con síndrome de Down puedan competir a nivel internacional.
Las autoridades mexicanas no habían brindado apoyo a Bibi para el desarrollo de su disciplina, porque no cumplía con los criterios de selección de la Federación Mexicana de Deportistas Especiales, pero después de ganar el campeonato del mundo, recibió fondos de la Conade para viajar a Florencia.
¡Bravo, Bibi!