Genios mexicanos al servicio de sus paisanos.
Por: Omar Porcayo
Los sismos del 7 y 19 de septiembre que azotaron a México, despertaron lo mejor del espíritu mexicano, pero también del ingenio para ayudarse unos a otros, especialmente a los damnificados que viven en la incertidumbre mientras llega la etapa de la reconstrucción.
Decenas de miles de personas en los estados de Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Puebla y Morelos, así como la Ciudad de México, perdieron sus casas por derrumbe o daños estructurales. A pesar de que se han destinado millones de dólares de donativos e inversiones gubernamentales a la reparación, se estima que ésta podría tardar años en completarse.
Ante esta situación, las organizaciones Ciudadan@s Uni2 y Viviendas Emergentes (VIEM), han lanzado una oportuna convocatoria para construir viviendas temporales con envases de PET y tierra, o material de los escombros.
“Si tú lo tiras a la basura estamos destruyendo el mundo y si lo tiras en un lugar designado para esto (proyecto de construcción de casas), estamos construyendo un mundo mejor”, expresa en la invitación a recolectar el material el movimiento VIEM, integrado por estudiantes del estado de Querétaro.
Gracias @OluwoOturaNiko por el apoyo!! pic.twitter.com/AucznuyVYq
— VIEM (@VIEMmex) September 24, 2017
La técnica que desarrollarán estos emprendedores es tan básica como eficaz. Se rellenan las botellas con arena, grava o caucho, para simular tabiques, luego se enjarran y se aplanan con cemento.
Aunque se trata de viviendas temporales, están diseñadas para una duración de cinco años sin mantenimiento y hasta 30 con los debidos cuidados. Además son antisísmicas, impermeables y aislantes.
Por material, las organizaciones no van a sufrir, pues a solo unos días de la convocatoria, la sociedad civil ha atiborrado los centros de acopio con las botellas suficientes para comenzar la construcción.
“Ya que la respuesta ha sido brutal, tanto de los ciudadanos como de algunas empresas. La firma Zoé Water, por ejemplo, ha comprometido 30,000 botellas al mes y estamos en tratos con otras que podrían donar aún más, hasta 9,000 botellas por día”, declaró a El Economista Sahori Gámez, miembro del equipo.
Se estima que se necesitan 15,000 botellas por casa y las autoridades de Protección Civil ya están haciendo las pruebas de seguridad necesarias para aprobar el proyecto.
Mientras esto sucede en la región centro de México, en la sierra de Puebla, donde los efectos del sismo del 19 de septiembre fueron severos, los integrantes de la Unión de Cooperativas Indígenas Tosepan Titataniske, entregaron la primera casa provisional hecha de bambú.
Bajo la iniciativa Tamakepalis, a la que se sumaron estudiantes de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), se estima poder levantar decenas de viviendas sustentables y seguras, mientras llega la reconstrucción definitiva por parte del estado y el gobierno federal.
De PET o de bambú, los mexicanos se han encomendado la tarea de que ninguno pase más noches a la intemperie por causa del terremoto.