Cientos de familias hispanas de escasos recursos le pagan con tortillas y tamales.
Lía Patricia Gallo dejó su natal Colombia hace 17 años en busca de una mejor vida para sus hijas. Después de mucho trabajo logró el sueño americano, aunque este no se trata de millones de dólares en el banco, sino de la oportunidad de ayudar y servir a otros.
Dentista de profesión, Lía tuvo que limpiar casas para subsistir y mantenerse en los Estados Unidos. Gracias a su esfuerzo, logró superar la barrera del idioma y se matriculó en la Universidad de Colorado, donde consiguió su título profesional para poder ejercer.
La doctora colombiana contó a Mundo Hispánico que para realizar el sueño de abrir su propio consultorio pidió un préstamo al Bank of America, que de forma inusual aceptó como garantía un auto modesto con valor de 2,000 dólares.
Triunfar para ayudar
La increíble historia de Lía no termina cuando de la nada creó su propia empresa, ese solo era el principio. La inmigrante sudamericana ha dedicado gran parte de su labor a ayudar a la comunidad brindando atención a familias de escasos recursos.
Por si fuera poco, GDC Smiles empleó a siete latinas, dos de ellas beneficiarias del programa DACA.
“Yo estuve en la cárcel por cerca de 20 años, por estar vinculado al mundo de las drogas. Entré a los 18 años y el año pasado salí a mis 37 años. Allí perdí mis dientes en peleas y me daba pena hasta hablar. La doctora Gallo me reconstruyó completamente la dentadura y ahora tengo un empleo, voy a la iglesia y comparto con mucha gente y lo más importante, sonrío todo el tiempo porque la gente me dice que lo más hermoso que tengo son mis dientes. Ella me devolvió las ganas de vivir que había perdido desde muy pequeño cuando murió mi padre”, dijo a Mundo Hispánico David Carter, uno de los beneficiarios de los tratamientos que la doctora colombiana ha donado con valor superior a los 200,000 dólares.
A través de la organización Good News Clinic en Georgia, Lía ha ayudado a 200 familias hispanas de escasos recursos, aceptando como pago tortillas y tamales.
“Tenemos algunos pacientes que en verdad no tienen cómo pagar, los atendemos gratis, algunos de ellos me dan tortillas, otros se aparecen con caldo de pollo y tamales”, declaró a Mundo Hispánico la doctora que se ha convertido en todo un símbolo del aporte de la comunidad inmigrante al país.