Las escuelas (preparatorias y universidades) históricamente para afroamericanos podrían sobrevivir gracias a los estudiantes latinos.
Por: Oso Oseguera
La mascota de la preparatoria César Chávez, en Houston, Texas, es el lobo. La gran mayoría de sus estudiantes son latinos y esta institución no es la que tradicionalmente nutre a universidades repletas de jóvenes afroamericanos, como la Universidad del Sur de Texas (TSU), un colegio históricamente de población afroamericana.
TSU se fundó en 1927 para educar a la población afroamericana cuando tenían poco acceso a las universidades, pero ha visto un incesante incremento de jóvenes latinos. En los pasados seis años el número de estudiantes de esta raza se duplicó: pasó de 4 % a 8 %. Y el rector de la universidad, Austin Lane, espera que se vuelva a duplicar nuevamente en 10 años, según el reporte Minority Serving Institutions located inTexas.
Appreciate visiting w/ @TexasSouthern Pres, @TSUpres12. HBCU's are vital component in educating our kids. @HBCUBuzz #txlege @SenatorSylvia pic.twitter.com/6WVcgQ54qE
— Armando Walle (@RepWalle) January 24, 2017
Y TSU no está sola. La Universidad de Pennsylvania también tuvo ese cambio. Y en general, las universidades -indica el reporte- con mayoría de población afroamericana aún siguen siéndolo, pero reportan 20 % de población de otras razas. Y el crecimiento es tanto de blancos, asiáticos-americanos y estudiantes extranjeros. Pero el crecimiento mayor proviene de los latinos, especialmente, en lugares como Texas y Florida, señala el reporte.
La secundaria Paul Quinn en Houston, con mayoría afroamericana, instituyó un programa de futbol para reclutar más estudiantes latinos. TSU, por su parte, visita activamente barrios y templos latinos y ha impreso propaganda en español.
Datos del estudio refieren que el número de estudiantes afroamericanos que fueron enrolados en alguna universidad cayó de 18 % a 8 % de 1976 a 2014. Esta escasez de estudiantes propició la crisis económica de algunas instituciones.
Incluso con el creciente número de latinos, muchas escuelas todavía están en terreno financiero inestable. Durante la campaña presidencial Donald Trump dijo que aseguraría el financiamiento de las escuelas y universidades con historial negro (HCBU, por sus siglas en inglés). Una orden ejecutiva sobre este tema está en camino.
Y en las escuelas en las que ya hay población latina, las actividades culturales no cambian. Por ejemplo, el concurso de Latina Queens (Reinas latinas) se realiza. “No tienes que ser católico para estudiar en Georgetown (una universidad jesuita). Podemos diversificarnos sin perder nuestra identidad”, dice Steph Moral, estudiante de TSU.