Probar que era norteamericano le costó años y mucho dinero.
Por: Omar Porcayo
La dinámica migratoria y los laberintos legales han originado historias tan extrañas como la de Frank Ansbro Ortega, un hombre que pasó 14 años en las sombras, temeroso de la deportación de él y su familia, hasta que pudo comprobar que era un ciudadano estadounidense.
La Opinión de Los Ángeles reportó el caso de este hombre de 46 años nacido en México, de padre estadounidense. Se crió en Ensenada, Baja California, pero reside en los Estados Unidos desde hace más de una década. Tiene esposa y cuatro hijos, dos nacidos en suelo norteamericano.
El padre de Frank, Francis Ansbro, fue un militar que lo procreó en México y lo visitó ahí por años hasta su muerte. De acuerdo al rotativo californiano, cumple con todos los requisitos que marca la ley para reclamar la ciudadanía, pero esto le costó años y mucho dinero.
“En los 14 años que llevaba en el país, había visto al menos cuatro abogados que nomás me sacaban dinero pero no hacían nada”.
Fue hasta que visitó al abogado Eric J. Price, que encontró la manera de probar su nacionalidad.
Tuvo que pedir al Departamento de Defensa el expediente de su padre. Después de muchos trámites y más de 1,000 páginas, pudo comprobar que era hijo de un estadounidense.
Ahora, Ansbro Ortega pudo dejar el anonimato y romper el silencio que lo acompañó por tantos años. Logró sacar su licencia de contratista y dejar su trabajo de electricista, además de que ya no tiene miedo de perder su casa que con tanto trabajo ha construido.
Este es el mismo drama que atraviesan millones de inmigrantes indocumentados con profundos lazos en los Estados Unidos. Algunos llegaron en sus primeros años de vida y no conocen otro país que este.
La candidata demócrata a la presidencia, Hillary Clinton, se ha comprometido en su campaña a reactivar el debate para conseguir una reforma migratoria integral, que permita regularizar con dignidad a tantas familias.