Francisco Santoyo cruzó la frontera en busca del "sueño americano", pero a cambio de ello, pasó más de dos décadas lejos de su madre.
La mayoría de los inmigrantes tiene que pasar las fiestas de fin de año lejos de su familia, extrañando los abrazos cálidos, las pláticas con los tíos y los primos y los deliciosos platillos que disfrutaban en su país natal. Pero este año un mexicano tuvo la dicha de volver a reunirse con su mamá para darle su abrazo de Navidad.
Francisco Santoyo es un migrante mexicano, originario de Michoacán, que como muchos otros se fue a Estados Unidos, cuando apenas tenía 18 años, para buscar un trabajo.
Cuando cruzó la frontera Santoyo iba acompañado de su papá, pero después de unos años su viejo se regresó a México y él se quedó solo del otro lado. Por suerte, tiempo después Francisco encontró un buen trabajo y el amor, y ahora vive en Chicago junto a su esposa y a sus tres hijas.
Sin embargo, desde hace 24 años que partió de su casa, el michoacano no había podido volver a ver a su mamá, hasta este diciembre.
“Lo estábamos esperando desde hace muchos años y ahora se nos hizo realidad este sueño”, dijo Francisco a Noticias Telemundo.
Su mamá logró viajar a Estados Unidos con ayuda del gobierno de Michoacán, quien conoció su caso y aceptó ayudarla a tramitar sus papeles y todo lo necesario para que pudiera reunirse con su hijo mayor.
Así fue como por primera vez, las hijas de Francisco conocieron a su abuelita y él volvió a saborear la comida que tanto le gustaba.
Y aunque esta fue una de las mejores fiestas decembrinas de la familia de Santoyo, todavía hay algo que le falta al michoacano, pues sigue sin ver a su papá desde hace 21 años. Quizá el 2018 le depare grandes sorpresas.