Trump enfrentará la oposición de varias ciudades para implementar sus aberrantes políticas contra los inmigrantes indocumentados. Una de ellas es Santa Fe, Nuevo México, donde su alcalde es uno de los rostros más emblemáticos de la resistencia.
El alcalde de Nuevo México Javier Gonzales, ha destacado en las últimas semanas, específicamente desde que Donald Trump ganó la presidencia de los Estados Unidos. Y es que como el primer gobernante abiertamente gay y latino, representa mucho de lo que la retórica del republicano reprueba.
“No voy a ser parte de eso, no voy a romper familias”, dijo Gonzales a la televisión estadounidense.
Y es que los planes del equipo del próximo presidente incluyen la deportación masiva de inmigrantes y la presión a las llamadas ciudades santuario, donde no se les persigue.
Trump amenazó en campaña con bloquear fondos federales a lugares como Santa Fe, que no quieren colaborar con su estrategia.
“No importa (perder los fondos federales) es una cuestión de valores”, expresó contundente el alcalde que recordó que su ciudad tiene una tradición de cuatro siglos de fomentar la inmigración.
“Somos únicos en el sentido de que las inmigraciones mexicana y centroamericana y sudamericana han sido parte de la historia en Santa Fe durante esos 400 años”.
Como ciudad santuario la policía municipal de Santa Fe no ejecuta órdenes de arresto no penales del servicio de Inmigración y Aduanas ni los llamados pedidos de detención para demorar la excarcelación de inmigrantes arrestados por delitos menores, dijo a la AP el portavoz municipal Matt Ross.
Ciudades más grandes como Nueva York, Filadelfia y Los Ángeles, también han dado un rotundo no a la posibilidad de ayudar a Trump en sus planes.
Así, aunque el empresario haya ganado las elecciones, hay muchos frentes para dar la batalla.