Ni disculpas, ni nada, Trump viajó a México para decirle en su cara a Peña Nieto que sí va a construir el muro en la frontera.
Por: Omar Porcayo
Si Enrique Peña Nieto creyó que invitando a Donald Trump iba a mejorar su maltrecha popularidad, se equivocó terriblemente.
El candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos estuvo en Los Pinos, y fue recibido con toda la pompa propia de un jefe de estado. Después de un 14 meses de terribles insultos en contra de México y sus ciudadanos, Trump se limitó a decir que respetaba al presidente Peña Nieto, pero que estaba en su derecho de construir un muro en la frontera, para proteger a su país.
“México debe respetar el legítimo derecho de construir un muro en territorio soberano”, expresó, aunque se negó a decir quién pagará por su construcción.
El presidente mexicano confundió la diplomacia con la tibieza. Aunque reiteró en un par de ocasiones que su labor es defender a sus ciudadanos dondequiera que estén, casi excusó al empresario que ha calificado a los mexicanos de “narcotraficantes” y “violadores”, y dijo que ha habido “malentendidos”.
“Le dije que el pueblo de México se había sentido agraviado, pero que yo estaba seguro de que su interés genuino era darle a nuestros países seguridad”, expresó el presidente mexicano más impopular de la historia.
La inmigración ilegal ocupó el centro de la improvisada cumbre. Ambos personajes apuntaron hacia Centroamérica y señalaron a esa región como la actual emisora de migrantes.
Respecto al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, Peña Nieto tampoco salió victorioso, aunque expuso las razones por las que ha sido beneficioso para ambos países, Trump insistió en que debe ser revisado, para proteger los empleos de los estadounidenses en la Unión Americana.
Sin una disculpa, la reunión terminó con un frío apretón de manos y el ofrecimiento mutuo de amistad.
Apenas terminó la conferencia de prensa conjunta, los analistas políticos ya le aseguraban un lugar a Peña Nieto en la ignominia de la historia mexicana.
PROTESTAS EN MÉXICO
Donald Trump llegó alrededor de las 13:00 horas tiempo de México al Aeropuerto Internacional Benito Juárez, y de ahí se trasladó en helicóptero a Los Pinos, donde ya era esperado por el presidente Enrique Peña Nieto.
Desde que se dio a conocer la noticia de la intempestiva visita del candidato republicano a la Ciudad de México, se encendió una llama de rechazo popular dentro y fuera de México.
“A los tiranos no se les apacigua, se les enfrenta“, dijo a Televisa el historiador Enrique Krauze, quien calificó la invitación de Peña Nieto como un “error histórico”, además de que se dijo preocupado por la falta de dignidad del mandatario ante las agresiones de Trump.
La Asamblea Legislativa de la Ciudad de México declaró persona “non grata” al empresario neoyorquino, mientras que el opositor Partido Acción Nacional, exigió en conferencia de prensa a Peña Nieto, cancelar la reunión.
En el monumento del Ángel de la Independencia, ubicado en Av. Reforma, un centenar de personas se reunió para protestar por la cumbre de dos de los personajes con mayor rechazo entre la población.
La inconformidad e indignación se trasladaron a las redes sociales, donde etiquetas como #SrTrumpConTodoRespeto, dominaron la conversación desde temprana hora.
DISCURSO EN ARIZONA
Por la noche Donald Trump dará un discurso sobre inmigración ilegal en Arizona. Ahí cerrará con “broche de oro” una jornada exitosa, gracias a la inaudita invitación de Peña Nieto, que de pronto se convirtió en el mejor revulsivo de su alicaída campaña.