La familia se ha encargado de cumplir su última voluntad
Lydia y Lawrence Rodríguez, una pareja de origen latino que no creía en las vacunas, falleció en Texas por complicaciones derivadas del COVID-19.
Días antes de fallecer, Lydia de 42 años de edad, le hizo una última petición a sus familiares: “Por favor, asegúrense de que mis hijos sean vacunados”.
Dottie Jones, una enfermera y prima de Lydia, contó al diario The Washington Post, que su familiar nunca creyó en las vacunas a pesar de que ella le advirtió sobre los riesgos de no hacerlo.
“Ella creía que podía manejar todo por sí misma, que realmente no necesitaba medicamento”, recordó Dottie de 55 años.
Se contagiaron en un campamento
Lydia y sus cuatro hijos se contagiaron de COVID-19 el pasado mes de julio cuando asistieron a un campamento cristiano y al regresar también se contagió su marido.
La familia mantuvo en secreto su contagio, hasta que el 12 de julio Lydia tuvo que ser trasladada a un hospital por problemas respiratorios y ese mismo día su esposo también fue internado.
Poco antes de que le pusieran un respirador artificial, Lawrence Rodríguez pidió la vacuna, pero ya era tarde y falleció el pasado 2 de agosto. Dos semanas después también murió Lydia Rodríguez.
Cumplirán la voluntad de su madre
La familia se ha encargado de cumplir la voluntad de Lydia: sus hijos gemelos de 18 años ya fueron vacunados, su hijo de 16 años está en proceso de hacerlo y vacunarán a la niña de 11 años en cuanto cumpla los 12 años.
Dottie creó una recaudación de fondos en GoFoundMe para ayudar a los hijos de la pareja, mientras se les asigna un tutor legal.
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