Le van a quitar a los pobres, para darle a los ricos.
Por: Omar Porcayo
La administración Trump ha vuelto a emprenderla en contra de las clases trabajadoras y más desprotegidas. Una nueva regulación a la industria restaurantera, en la que laboran miles de hispanos, podría representar un duro golpe a su economía.
El Departamento del Trabajo envió este lunes una propuesta para terminar con la protección que instauró en 2011 el presidente Barack Obama para que los meseros conserven sus propinas. Bajo el nuevo esquema, los trabajadores tendrían que compartir las propinas que reciben con el resto del personal de su centro de trabajo.
Esta medida podría parecer benéfica para los empleados que no reciben propinas como garroteros, lavaplatos, cocineros y mánagers, pero la ley no establece que los empleadores tengan que repartir las propinas que se recolecten y legalmente podrían quedarse con ellas.
Según el Departamento del Trabajo, la nueva reglamentación busca disminuir la brecha entre los meseros que reciben propina y el resto del staff que no lo hace.
La ley que instauró la administración Obama y que declaró que las propinas eran propiedad de los empleados que las recolectaron, fue desafiada en su momento en los tribunales por varios miembros de la industria restaurantera. Aplica a los empleadores que pagan el salario mínimo con propinas que es inferior al salario mínimo de US$7.25 la hora.
25.6 % de la fuerza laboral hispana en Estados Unidos trabaja en la industria restaurantera
Ahora, Trump quiere que todas las propinas de los restaurantes que pagan al menos el salario mínimo, se junten y se repartan, para “mejorar la experiencia del cliente”.
Como era de esperarse las organizaciones patronales recibieron con entusiasmo la noticia, mientras que los sindicatos y observadores laborales, reprueban la política de Trump.
“Comentaremos más adelante la posición de la industria restaurantera, pero de entrada aplaudimos la decisión del Departamento del Trabajo”, dijo a The Washington Post Angelo Amador, director del Centro Legal Restaurantero.
La propuesta ha pasado a un periodo de 30 días de discusión, antes de entrar en vigor, aunque de hecho, desde julio el gobierno federal cesó los esfuerzos por salvaguardar la ley de Obama.
“La industria restaurantera ha perseguido las propinas siempre. Esta puede ser una gran transferencia de dinero de los empleados a los empleadores”, expresó Heidi Shierholz, economista del Economic Policy Institute.
Desde hace varios meses los restauranteros se han quejado de falta de personal y dificultad para retenerlo. En parte se debe a la acometida de las autoridades de inmigración contra la comunidad hispana, que conforma el 70 % de los trabajadores en las cocinas. Otra de las causas son los bajos salarios, pero a decir de expertos, es injusto que el gobierno busque solucionar ese problema financiando a los empleadores con el propio dinero de los empleados.
“Si las compañías tiene problemas para retener a los trabajadores que no reciben propinas porque el pago es muy bajo, la solución es incrementar los salarios. Lo que hace el Departamento de Trabajo básicamente es robar las propinas de otros trabajadores para subsidiar los negocios”, expresó tajante Christine Owens, director ejecutivo del National Employment Law Project.
De acuerdo con las más recientes estadísticas laborales, el salario promedio de un mesero en el país es de US$9.61 la hora con propinas incluidas, mientras que los lavaplatos hacen US$10 la hora.
Esta regulación es una nueva intromisión de la administración Trump a favor de los empleadores, luego de que hace unas semanas el mismo Departamento del Trabajo gestionó para derogar la regla de la administración Obama que obligaba a pagar tiempo extra obligatorio a cerca de 4 millones de trabajadores y exigía a las compañías reportar datos salariales por sexo y raza.
Y es que los trabajadores de servicio son los más desprotegidos en el ámbito laboral y es a los que Trump les “está cargando la mano” a favor de los industriales. No solo con las prestaciones y los salarios, sino también con la carga de impuestos y las regulaciones al servicio médico.
Mujeres y minorías vuelven a ser los más afectados con la visión política de la actual administración en la Casa Blanca, aseguró la organización sindical Restaurant Opportunities Centers United, en un comunicado.
“Al permitir a los empleadores tomar el control de las propinas, esta administración empuja a una mayoría de mujeres trabajadoras a la inestabilidad, la pobreza y la vulnerabilidad del acoso y el asalto”.