Quizá como un evento premonitorio de lo que sucederá en la elección presidencial, serán los latinos los que den el cerrojón final a la nominación de Hillary Clinton.
Este martes el estado con mayor población hispana del país saldrá a votar en las penúltimas elecciones primarias del 2016. California y sus 7 millones de electores hispanos serán el fiel de la balanza en la carrera demócrata que tiene a Hillary Clinton a un paso de asegurar la nominación presidencial, a costa de Bernie Sanders.
Los precandidatos demócratas llegan técnicamente empatados, de acuerdo con el último sondeo de NBC/Wall Street Journal/Marist.
Después de su triunfo en Puerto Rico el fin de semana, la ex Secretaria de Estado quedó a solo 26 delegados de asegurar los 2,383 que necesita para asegurar la candidatura.
Conseguir dicha cifra no será problema para Clinton. De hecho hay un total de 806 delegados en juego en siete estados, así que parece un mero trámite.
Un sondeo extraoficial de AP entre los súper delegados demócratas publicado la noche del lunes, confirmó que pase lo que pase este martes, Clinton se convertirá en la primera candidata mujer a la presidencia de los Estados Unidos.
Lo que pasará al día siguiente de las elecciones en California es lo que tiene a los demócratas preocupados.
A pesar del llamado a la unidad al interior del Partido Demócrata y los sondeos entre súper delegados, Bernie Sanders piensa llevar hasta las últimas instancias sus aspiraciones, es decir, a la Convención Demócrata que tendrá lugar en julio en Filadelfia.
Sanders se había propuesto hacerse de la simpatía de los súper delegados para arrebatar a Clinton lo que ganó en las urnas. Los últimos reportes indican que sería infructuoso.
De acuerdo con varios analistas, los ataques de Sanders a Clinton respecto al financiamiento de su campaña y su papel en la guerra contra Iraq, pueden ser las armas que Donald Trump empuñe durante una hipotética elección presidencial. Así que el último round puede dejar heridas sensibles y resultar demasiado costoso para los demócratas.
Clinton ha intentado por todos los medios cambiar de página y en su discurso se ha expresado en pasado de la contienda interna, apuntando las baterías a Trump.
“Vamos a tener una campaña muy disputada”, dijo el fin de semana. “Desde ahora cada vez que pueda diré por qué pienso que el nominado republicano nunca debe de acercase a la Casa Blanca”.
Independientemente si Sanders se suma al llamado a la unidad, Barack Obama ya prepara el espaldarazo a Hillary. Funcionarios de la Casa Blanca aseguran que será en los próximos días cuando el presidente haga el anuncio oficial.
Las fracturas al interior del movimiento de Sanders son otro foco de alerta imposible de ignorar. Hay voces que piden cerrar filas para combatir a Trump, mientras que los seguidores más recalcitrantes, exigen continuar a cualquier precio.
¿De qué tamaño serán las heridas en el Partido Demócrata al terminar la contienda? Solo el recuento de los daños lo dirá.