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#OOPS: ¿Y si el voto latino no importa?

Republican presidential candidate Donald Trump speaks during a rally, Thursday, April 28, 2016 in Costa Mesa, Calif. (AP Photo/Chris Carlson)

Trump hizo sus cuentas y apostó todo a una retórica antiinmigrante. Se acera el momento de saber si su estrategia funcionó.

Por: Omar Porcayo

A Donald Trump pueden acusarlo de dividir al país, pero ataca a los latinos porque cree que puede ganar las elecciones sin nosotros.

De los 27 millones de electores latinos elegibles este año, solo el 11 por ciento favorecería al empresario neoyorquino, de acuerdo a un sondeo de Latino Decisions. Desde hace 30 años que se mide esta tendencia, no hay registro de un candidato republicano con menos votos entre la comunidad hispana.

Este diminuto porcentaje pone en predicamentos a los republicanos, que la ocasión más reciente que ganaron la Casa Blanca, se quedaron con un 40% de votos latinos en la persona de George W. Bush.

Poco aprendió el Partido Republicano de la última afrenta a la comunidad hispana. En la elección presidencial de 2012, Mitt Romney y su concepto de la “autodeportación”, solo consiguieron el 27% de las preferencias latinas y perdieron.

En el documento “Growth and Opportunity Project“, calificado por los propios republicanos como el análisis posterior más minucioso y a conciencia sobre una elección, señalan que “su mensaje fue débil y no fueron lo suficientemente incluyentes”.

Reince Priebus, jefe del comité republicano, aseguró en aquel examen de conciencia después de la derrota, que buscarían reforzar sus esfuerzos para acercarse tanto a latinos como a afroamericanos, asiáticos y gays.El propio Romney aceptó que “fue un error” no haber hecho más por conseguir la simpatía de los latinos.

Evidentemente todo quedó en buenos deseos. Apenas asomaron las elecciones primarias y los precandidatos Ted Cruz y Donald Trump, se montaron en una plataforma antiinmigrante, para convencer a sus votantes favoritos: blancos conservadores.

A la cabeza de la carrera por la nominación, Trump no sólo ha unificado el anti-voto de los hispanos, también ha incentivado que los electores no habituales se movilicen y otros agilicen los trámites que les permitan acudir a las casillas el 8 de noviembre.

Sencillamente, le apuesta a una matemática electoral sin latinos.

El reto

¿Cómo es posible?

Si bien los votos de los hispanos representan al 18% del electorado, pueden no ser tan decisivos por encontrarse en estados ya decididos, según dijo a El Confidencial, Mark Hugo, director de Hispanic Research del Pew Research Center.

“El 50 por ciento de los latinos no están localizados en los ‘swing states’, los estados clave, sino en estados ya decididos, como Nueva York, California y Texas. Los latinos no son importantes en estados donde representan menos del 20 por ciento de votantes como Florida, Nevada, Colorado, Virginia, Iowa y West Virginia”,

Por el contrario, Arturo Vargas, director ejecutivo de la National Association of Elected and Appointed Officials, dijo a The Hill, que no hay precedente de la oleada de registros para votar que se está suscitando.

Al menos dos millones de hispanos se sumarán a los electores respecto a la contienda de 2012, y varias organizaciones están haciendo un gran esfuerzo de comunicación para incentivar el voto y reducir el 52% de abstencionismo que estadísticamente prima entre la comunidad.

Además, en localidades gobernadas por republicanos, algunas modificaciones en la legislación electoral pueden bloquear el voto en su contra. Por ejemplo en Texas, donde se acepta como identificación para votar el permiso para portar armas, más común entre blancos, y se rechazan credenciales de trabajo o de escuelas públicas.

¿“Ganón” del botín?

Según los datos Pew Research Center, Hillary Clinton y Bernie Sanders están empatados en opiniones favorables con el 61 por ciento, pero la ex primera dama genera más rechazo.

Clinton tiene un 32 por ciento de opiniones desfavorables, ocho puntos más que el senador de Vermont.

En estados como California, Sanders ha cerrado la brecha que lo separaba de Clinton, quien comenzó la carrera como la gran favorita de los hispanos.

Cualquiera que sea la combinación, Trump perdería estrepitosamente. Pero esto aún no lo sabemos.