"Ningún presidente está por encima de la ley", aseguró el representante demócrata Joaquín Castro, quien podría haber iniciado el primer intento real por destituir al presidente Donald Trump.
Por: Omar Porcayo
El primer paso rumbo al tan mencionado —y anhelado por muchas personas— impeachment (procesamiento) de Donald Trump, lo dio un congresista latino, un representante de la comunidad más agobiada por la retórica y políticas del presidente republicano.
Joaquín Castro del distrito de San Antonio presentó una resolución a principios de mes para “investigar si el presidente Trump o su equipo, permitieron que el Servicio de Aduanas y Seguridad Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), violara las órdenes judiciales emitidas en contra del veto a ciudadanos musulmanes”.
Hay que recordar que una de las primeras acciones de Trump fue firmar una orden ejecutiva para prohibir el acceso a los Estados Unidos de personas provenientes de siete países de mayoría musulmana. Al día siguiente un juez de Nueva York bloqueó parte de esa resolución, pero en muchos aeropuertos se documentaron incidentes que desafiaban la resolución judicial.
“Espero que el presidente haya obedecido la ley, pero si no lo hizo, el Congreso debe censurarlo”, dijo el político texano.
“Si después de la censura el presidente volvió a actuar inconstitucionalmente, el Congreso debe dar los pasos para removerlo de la oficina”, explicó en un comunicado.
Para algunos analistas la probabilidad de que Trump sea procesado es remota y es usada por otros políticos, más como una herramienta para ganar simpatías que como una realidad.
“Las declaraciones de algunos congresistas demócratas en cuanto a un impeachment son más un deseo que una realidad política”, dijo a Pulso Patricio Zamorano, analista internacional y director ejecutivo de la consultora Infoamericas.
Según Quartz, no solo se necesita la moción de un representante para impulsar un juicio político, también habría que convecer a una buena parte de los republicanos a apoyar el plan de sacar a su correligionario de la oficina.
Ni siquiera entre los demócratas hay una esperanza real de poder impulsar el impeachment en estos momentos. La líder de la minoría, Nancy Pelosi, admitió recientemente que el presidente no ha hecho nada que amerite que sea removido.
Sin embargo los escándalos y violaciones a la ley no han parado un solo día desde que Trump está en la Casa Blanca. Además de que los jueces sepultaron su veto migratorio, este lunes su Consejero de Seguridad, Michael Flynn, tuvo que renunciar por ocultar información sobre sus relaciones con Rusia.
No es el primer funcionario del equipo cercano al presidente que comete una falta importante. Kellyanne Conway, su consejera, violó flagrantemente los estatutos de ética al promover la compra de ropa de la firma de Ivanka Trump, desde su posición política.
The New York Times publicó este martes que varios miembros del equipo de Trump hablaron con agentes de inteligencia rusos durante la campaña presidencial, lo que complica mucho más las sospechas e investigaciones de injerencia extranjera en el proceso que llevó al empresario a la Casa Blanca.
Bajo estos precedentes el impeachment no parece tan lejano y difícil. De hecho, las casas de apuestas en Las Vegas cada vez están más convencidas de que Trump no terminará su periodo y los momios lo reflejan.
Un congresista hispano ya apostó por la destitución de Trump, ¿y tú?