Ese infame grito de "¡pu$%!" en los estadios, parecía invencible, imposible de erradicar. Ni las amenazas de la FIFA habían podido contener a los aficionados en su mayoría mexicanos, que hicieron de él, su grito de guerra, pese al hartazgo y la condena internacional.
Sin embargo, en Chicago encontraron la manera de ponerle un alto. La fórmula es tan sencilla, como efectiva.
Todo aquel que participe en el grito durante un partido del Chicago Fire, será retirado del estadio. Así se simple.
El director general del equipo de la MLS, Nelson Rodríguez, decidió que era tiempo de poner un alto a una expresión que lejos de ser un aliento para un equipo, es un insulto homofóbico en tiempos difíciles, donde urge tolerancia.
“Personalmente siempre he creído que es ofensivo e inapropiado“, dijo Rodríguez, en declaraciones que recupera Chicago Patch.
“No refleja la gran ciudad en la que vivimos y a los grandes fans que tenemos”, expresó, dado que cada vez era más frecuente el grito en el estadio, que lamentablemente ahora se reconoce en el mundo como “mexicano”.
“Por favor consideren que si el grito continúa y son sorprendidos participando, podrían ser expulsados del estadio. Si algún aficionado cerca de ustedes participa, avisen a la seguridad para que actúen”, advirtió el directivo ante todo el público, antes del partido entre Chicago y New York.
Y se hizo la magia
Según Chicago Tribune, después de unos incipientes intentos sin respuesta, el público desistió y el grito simplemente desapareció.
La afición mexicana debería considerar abandonar el grito definitivamente. No solo es su imagen ante el mundo, camino a las Eliminatorias Mundialistas, la FIFA ha advertido con vetar el estadio donde juega el “Tri” o penalizarlo con puntos, si insisten.
Por cierto, durante los Juegos Olímpicos de Río 2016, la afición brasileña hizo una extraña variación del grito, cambiando la palabra por “Zika”, en reclamo a la portera de los Estados Unidos, Hope Solo, quien tuvo desafortunadas expresiones relacionando a Brasil con la contagiosa enfermedad.
Definitivamente, hay mejores maneras de expresar la pasión deportiva, que con un grito absurdo y cobarde.