Trump ha complicado el "sueño americano" para los mexicanos.
La política antiinmigrante de Donald Trump no es inocua, sus efectos ya comienzan a sentirse en el número de profesionistas y emprendedores mexicanos que buscan llevar su talento a los Estados Unidos para desarrollarse.
A principios de su administración, Trump se aprestó a realizar restricciones en el otorgamiento de la visa H-1B, que favorece la adopción de talento extranjero en la industria de la tecnología. La misma tesitura ha aplicado para otros trámites, convirtiendo el camino para emigrar a la Unión Americana en un laberinto casi imposible.
Ante esta situación que solo parece empeorar, inmigrantes mexicanos han comenzado a mirar a otros horizontes. Uno de los destinos es España, que a pesar de tener sus propios problemas migratorios, resulta un país más accesible para los profesionistas de México.
Es el caso de Rita Arellano, una empresaria mexicana del estado de Veracruz que cristalizó en Madrid, España, sus sueños de establecerse en el extranjero con una empresa propia.
“Me enamoré de Madrid y comencé a buscar la manera de venir legalmente”, dijo a Sin Filtros la propietaria de “La Jalapeña”, un bar con sabor veracruzano establecido en la capital ibérica.
Y es que México es el país de América Latina con más profesionistas trabajando en el extranjero. La falta de oportunidades en territorio mexicano ha obligado a millones a buscar su sueño del otro lado de la frontera, pero ante la crispación con la llegada de Trump al poder, han tenido que ir más lejos.
No solo son los emprendedores mexicanos los que Trump ha alejado. Para la congresista californiana Zoe Lofgren, si el inversor no llega a Estados Unidos, seguramente irá a otro lado a llevar su dinero.
“La mitad de las startups en Silicon Valley fueron creadas por personal altamente calificado de otros países… parece que el presidente y su gabinete no están al tanto de eso”, expresó Lofgren.
Igual que ha sucedido con la industria turística, diferentes indicadores revelan que la postura antiinmigrante de Trump daña a la economía, contrario a su postura de que está cuidando los intereses de los trabajadores estadounidenses.
Menos inversores, menos trabajadores inmigrantes calificados y no calificados, significa menos consumo y carencia de mano de obra.
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