Gracias a la gente de la UNAM, con un básico de la cocina mexicana se le podría poner fin a la terrible enfermedad.
Edelmiro Santiago Osorio, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México, consiguió sintetizar un nuevo tipo de chayote que funciona perfectamente como un agente antitumoral y medicina natural contra el cáncer.
El investigador y su equipo llevan más de 10 años tratando de crear una forma natural de ayudar a la lucha contra esta enfermedad, y finalmente hallaron que al combinar dos especies de chayotes silvestres podrían obtener una nueva verdura cuyo extracto crudo interfiere en la síntesis del ADN, haciendo que se disminuya notablemente la producción de células cancerígenas.
El científico explicó que sus estudios comenzaron en 2005, y desde entonces se han ido sumando a su equipo colegas de distintas áreas, desde agrónomos que se dedicaron a cultivar los distintos tipos de chayotes, hasta biólogos e investigadores especializados que le ayudaron a detectar la forma en la que los nutrientes actúan.
Santiago Osorio explicó que las pruebas demostraron que la sustancia que contienen sus chayotes son muy efectivos para contrarrestar la leucemia y algunos tipos de cáncer de hueso. Y su efecto es tan potente que puede compararse con la citarabina, uno de los fármacos que se usa actualmente en el tratamiento del cáncer.
El mexicano agregó que ahora el siguiente paso es crear una empresa productora para poder lanzar su producto al mercado, pues no se parece a los que regularmente se venden.
“Tendríamos que comer muchos kilos de chayote del mercado para tener el efecto que logramos con el híbrido; sin embargo, indistintamente es sano consumir esta cucurbitácea, de hecho en los hospitales es parte básica de la dieta”, dijo Edelmiro a la Dirección General de Comunicación Social de la UNAM.
Además detalló que su trabajo no termina aquí, pues si bien ya encontraron un agente antitumoral su deseo es encontrar otros productos naturales que ayuden a combatir el cáncer desde varios frentes, no solo disminuyendo la reproducción de células malignas.
“Debemos encontrar la forma de atacar al mismo tiempo con varias moléculas en diferentes puntos de posible desarrollo de la célula tumoral. (…) La estrategia que se ha seguido en los últimos años es buscar moléculas que bloqueen un punto particular dentro de la bioquímica del desarrollo de esa afección: los blancos moleculares, pero aún no tenemos los impactos esperados”, aceptó.