Mientras las cosas parecen estar tranquilas, de nueva cuenta el gobierno de los Estados Unidos vuelve al ataque contra los hispanos.
Y es que ahora el presidente Donald Trump y su gobierno negaron dar asilo a un inmigrante que había solicitado ayuda a los Estados Unidos, la razón, que su caso de persecución no era comprobable.
El mexicano inmigrante cruzó la frontera por Tijuana a California con el único objetivo de mantenerse a salvo tras estar presionado en su ciudad de origen, Ciudad de México, por el grupo delictivo llamado “Familia Michoacana”.
El reporte de su detención en los EUA destaca que, a su regreso a México, un día caminando cerca de su casa, escuchó detonaciones desde un auto negro y se lanzó al suelo creyendo que querían acabar con él. Posteriormente trataron de privarle su libertad, según denunció, por lo que huyó a Tijuana y de allí al otro lado de la frontera.
Tras estos hecho pidió ayuda al gobierno y se la dieron, sin embargo, se dio a conocer que un juez federal del Departamento de Justicia ha publicado una nueva decisión sobre su caso. En esta decisión destaca que el hecho de que un grupo criminal (una pandilla, un cartel, etcétera) ataque a un grupo de personas no convierte a éste en un grupo distinto al resto de la sociedad y perseguido por el hecho de serlo, aseguró.
En conclusión, el dictamen del Departamento de Justicia señala que el caso no constituye un caso de persecución por pertenecer a un grupo determinado, en este caso, a una familia amenazada por el narco.