¿Y qué creen? EE. UU. no le dio visa para recoger su premio. Igual vale, campeón.
Por: Omar Porcayo
En México 6 de cada 10 mexicanos acceden a Internet. Entre esos “privilegiados” hay muy pocos indígenas, siempre marginados del desarrollo nacional, sin embargo, un joven tzeltal logró conectar a su comunidad en Abasolo, Chiapas, de 600 personas, gracias a su ingenio que ha sido reconocido por la Internet Society (ISOC).
Mariano Gómez, de 23 años, fue reconocido por el organismo internacional dentro de los 25 jóvenes transformadores de su entorno y se hizo acreedor al premio Under 25, que será entregado el próximo 18 de septiembre en Los Ángeles, California.
Lamentablemente esta brillante mente mexicana no podrá recibir su galardón por que las autoridades migratorias de los Estados Unidos le negaron la visa para poder viajar.
De acuerdo con el propio Mariano, que publicó una carta abierta explicando su situación, la Embajada de Estados Unidos en México dio tres razones por las que determinó que no es apto para entrar al país: su domicilio no fue hallado, ya que en su comunidad rural las calles no tienen nombre, no tiene cuentas bancarias para demostrar solvencia económica y la región en la que vive, es una de las que tiene más incidencia de inmigrantes indocumentados.
“Soy un joven de una comunidad marginada, mi región es considerada como uno de los puntos donde más migrantes viajan a los Estados Unidos de manera ilegal (en donde muchos mueren en el intento). Incluso cuando fue la entrevista me preguntaron si hablaba dos lenguas. Con orgullo respondí que sí, que mi lengua materna es el tzeltal, descendiente de la lengua maya y la segunda el español”, escribió.
Integrante del Colectivo Ikta K’op, Mariano contó cómo hizo un largo viaje de 16 horas en camión desde la zona montañosa de Chiapas hasta la Ciudad de México, pernoctó y esperó mucho para recibir una respuesta negativa.
“Escribo esta carta y cuento mi historia porque es un ejemplo de la realidad de miles de hermanos indígenas o no indígenas que pasan por lo mismo. Es el reflejo de una sociedad con estereotipos en la cual ser parte de un pueblo indígena es considerado como alguien inferior, en la cual no tener una cuenta bancaria y grandes recursos económicos es el sinónimo de nada. El racismo es claramente visible, la sociedad clasificada por el color de piel, lengua, religión y estatus económico para definir un modelo de mundo. Más en estos tiempos que piensan dividirnos entre muros“, relató el también profesor rural.
Sin una formación académica acorde, este joven logró instalar una red inalámbrica de Internet e Intranet en la población, que ni siquiera tiene acceso a la radio y a la telefonía.
Con su viaje cancelado, ha solicitado que los gastos previstos por la asociación Redes por la Diversidad, Equidad y Sustentabilidad, mejor sean donados a su colectivo, que promueve la conectividad de zonas marginadas para reducir la brecha tecnológica.
Sin duda, Mariano es un digno representante de los tzeltales, un grupo étnico que tiene línea directa ascendente de los mayas.
ISOC también premió a otros jóvenes latinos en diversas categorías: Augusto Mathurin de Argentina, por crear espacios virtuales de participación colaborativa; Jazmin Fallas Kerr de Costa Rica, por ayudar a familias a salir de la pobreza; Linda Patiño de Colombia, por derechos humanos avanzados a través de la informática; Cintia Padilla de Honduras, por enseñar sistemas a jóvenes en su comunidad y Diego Córdova de Guatemala, por permitir el acceso a materiales educativos.