Tenía 14 años, era mexicano y fue víctima de la violencia sin razón en escuelas.
En el amargo despertar del jueves tras el tiroteo en la escuela secundaria de Marjory Stoneman Douglas, de Parkland, Florida, se confirmó que 17 personas fueron víctimas de una de las peores masacres en la historia de Estados Unidos, incluidos dos menores de origen latino.
El mexicano Martín Duque de 14 años sucumbió ante los disparos de Nikolas Cruz, un exalumno de 19 años que tomó un rifle de asalto AR-15 para cometer el atroz acto. Así lo confirmó su hermano mayor, Miguel.
“Las palabras no pueden describir mi dolor. Te amo mi hermano, te vamos a extrañar amigo. Ahora sé que estás en mejor lugar. ¡Duques para siempre! Te amo junior”, expresó el joven que se graduó de la misma institución el ciclo escolar pasado.
La escuela que se encuentra cerca de una comunidad hispana, también era el lugar al que todos los días acudía a estudiar el venezolano Joaquín Oliver de 17 años, y que no regresó a casa por otro terrible acto de violencia en un centro educativo del país.
Se trata del tiroteo número 18 en un centro escolar en lo que va del año. El número 291 desde 2013.
A pesar de la contundencia de las estadísticas, ni el Congreso, ni el presidente Donald Trump, parecen dispuestos a entrar al debate del control de armas como lo apoya un 53 % de la población estadounidense.
En un mensaje a la nación, Trump, se limitó a enviar condolencias y a responsabilizar a los problemas de salud mental por la epidemia de tiroteos en escuelas. Ni siquiera mencionó la proliferación de armas entre la población que en promedio llega a una pistola por cada estadounidense.
Igual que Trump, representantes como Marco Rubio y Ted Cruz, siguen apoyando la posesión y libre compraventa de armas. No se puede soslayar que la Asociación Nacional del Rifle, los ha respaldado con millones de dólares para sus campañas.
Peor aún es el dato sobre los antecedentes del tirador. Pasado el medio día se confirmó en medios de comunicación que además de mostrar signos de perturbación y haber sido expulsado de la escuela por conducta violenta, compró el arma legalmente y pertenecía a un grupo de supremacistas blancos, donde recibió entrenamiento.
Sí, uno de esos grupos racistas que apoyan a Trump, el presidente que hoy lamenta la violencia y muertes.