El sistema de inteligencia artificial te dice si estamos "de buenas" o "de malas".
Por: Omar Porcayo
Twitter ha rebasado la dimensión de una red social cualquiera. Ahora es una arena política desde la que el presidente de los Estados Unidos gobierna, es una herramienta en casos de desastre y por supuesto, un lugar de información real y falsa.
Es por esto que investigadores mexicanos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) crearon una herramienta que permite medir el ánimo de los tuiteros.
Sí, a través de un algoritmo inteligente, la máquina es capaz de establecer si el sentimiento general de un grupo poblacional es positivo o negativo en un lapso de tiempo específico.
“(Nuestro algoritmo) parte de tuits completos, mensajes completos, los cuales son clasificados en positivos y negativos”, dijo a Conacyt el doctor Gerardo Leyva Parra, director general adjunto de Investigación del Inegi.
“Lo que la computadora realiza, a través de aprendizaje de máquinas, es replicar el criterio humano”, agregó. Y es que los investigadores evaluaron mensajes complejos en Twitter, de los cuales aprendió el sistema de inteligencia artificial.
El trabajo que se realizó en colaboración con el Centro de Investigación e Innovación en Tecnologías de la Información y Comunicación (Infotec), el Centro de Investigación en Geografía y Geomática (Centrogeo) e investigadores de la Universidad de Pensilvania en Estados Unidos, estará disponible al público a finales de noviembre a través del sitio web del Inegi.
“Estamos comenzando a experimentar con Twitter y en este caso lo hicimos midiendo el índice de bienestar —estado de ánimo—; sin embargo, tenemos proyectado también ampliar el alcance del algoritmo a estudios de turismo interno, salud mental, movilidad y nuevas aglomeraciones, todos en Twitter”, explicó Leyva Parra.
Los científicos comprobaron la eficiencia de su sistema con tres eventos clave en el último año, que sacudieron el ánimo de los mexicanos: la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, la escalada de precios de gasolina conocida como “gasolinazo” y los terremotos del 7 y 19 de septiembre.