El milenario Valle de México sigue guardando secretos ancestrales que florecen poco a poco a pesar del frenesí y la modernidad de la actual metrópoli. En sus cimientos hay vestigios de la gloria precolombina y de nuestro pasado.
Esta semana investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dieron a conocer el hallazgo fortuito de un templo circular de hace más de 650 años en la zona de Tlaltelolco, ubicada en el noroeste de lo que hoy es la Ciudad de México.
Durante los trabajos para la construcción de una plaza comercial en 2014 se descubrieron indicios de lo que ahora se sabe es una estructura de 11 metros de diámetro y 1.2 metros de altura.
“Tiene una ofrenda asociada, se está excavando un entierro. Hay elementos que sugieren la presencia del dios Ehécatl-Quetzalcóatl”, dijo a INAH TV Edwina Villegas Gómez, titular de la Zona Arqueológica de Tlatelolco.
El dios Ehécatl era la representación del viento en la cosmología de la cultura mexica. Según National Geographic, se le consideraba el dador de viento que origina la lluvia durante los períodos prolongados de sequía.
Para los especialistas del INAH el templo y los elementos que se encontraron constituyen una de las edificaciones más importantes de la cultura mexica.
Los trabajos buscan que después de las investigaciones la pirámide sea protegida por un cristal y un muro verde para el acceso al público. Ya forma oficialmente parte de la Zona Arqueológica de Tlatelolco.
“Tlatelolco significa ‘Montículo de arena’ y fue el centro comercial más importante del México prehispánico; su nombre en náhuatl se interpreta como Tlatelli, ‘terraza’ o Xaltilolli, que significa ‘punto arenoso'”, define INAH en su sitio dedicada a la cultura que floreció en un islote muy cercano a México Tenochtitlán, capital del imperio azteca.
México maravilloso y sus secretos inagotables.