Harambe no debió morir así, para algunos, ni siquiera debió estar en ese lugar.
El gorila Harambe de 17 años, tuvo que ser sacrificado en el Cincinnati Zoo para salvar la vida de un niño de 4 años que cayó en su hábitat.
¿A quién se debe de culpar? El suceso despertó una ola de indignación mundial con opiniones encontradas, pero la única verdad es que el ejemplar, de una especie en peligro de extinción, dejó de existir, sin tener culpa alguna.