Después de su último ataque de ira en Twitter, Trump despertó más dudas sobre su salud mental.
Por: Omar Porcayo
Ya no es una cuestión partidista. El destino de los Estados Unidos está en juego y muchos representantes lo saben, por eso la iniciativa para crear un comité que “evalúe la capacidad” de Donald Trump para ejercer la presidencia cada vez tiene más adeptos.
El fin de semana Trump llevó sus rabietas en Twitter a un nuevo nivel. No solo agredió a la periodista Mika Brzenkinski con calificativos como “loca” y “de bajo IQ”, sino que además publicó un violento video en el que supuestamente golpea a la cadena CNN en ring de lucha libre.
#FraudNewsCNN #FNN pic.twitter.com/WYUnHjjUjg
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) July 2, 2017
“Es un día triste, cuando el presidente incita a la violencia”, respondió en un comunicado la televisora. Políticos, analistas y ciudadanos, abonaron a la indignación con mensajes de condena y pesar por el grado de desprestigio al que ha llegado la figura presidencial.
La víspera, Trump había advertido que sus tuits no eran “presidenciales”, sino que eran una forma de comunicación “moderna”.
Este último arranque de ira, volvió a encender la latente llama de la destitución entre los legisladores.
En abril el demócrata Jamie Raskin presentó una iniciativa de ley para crear una comisión bipartidista de 11 representantes que conforme a la Enmienda número 25, investigue si el presidente es mentalmente capaz de servir a la nación. Esta herramienta consagrada en la Constitución permitiría al vicepresidente remover de sus funciones a Trump si está incapacitado temporal o permanentemente, ya sea por una enfermedad, inestabilidad o deficiencia mental, e incluso por abuso de sustancias.
.@oppenheimera: Trump alienta la violencia contra la prensa; hay que decirlo mientras podamos https://t.co/CI000fhVF3 @camilocnn
— CNN en Español (@CNNEE) July 4, 2017
La propuesta de Raskin tenía el apoyo de 20 miembros del Congreso, pero después del fin de semana ese número incrementó a 25.
“En caso de emergencia, rompe el vidrio. Si tú miras la lista de cosas que han pasado desde enero, es verdaderamente bizarra esta letanía de exabruptos”, dijo el representante a Yahoo News.
Las calles del país demuestran el mismo hartazgo con la conducta de Trump. El fin de semana en 46 ciudades entre las que se incluye urbes como Nueva York, Los Ángeles y Chicago, miles de personas volvieron a manifestarse exigiendo su remoción al grito de “¡no es mi presidente!“.
Los esfuerzos legislativos por destituir a Trump no terminan con las protestas y la iniciativa de Raskin. Al Green, representante de Texas, presentó una moción oficial para el impeachment de Trump, por el probable delito de obstrucción de la justicia durante la investigación del ex director del FBI, James Comey, sobre la intervención de Rusia en las elecciones 2016. Los consejos de al menos 10 ciudades del país han pedido al Congreso el juicio de destitución.
Por más improbable que parezca un juicio de destitución, Trump parece empecinado en hacerlo posible.
¿Lo logrará?