Las habladurías de Trump ahora le pueden costar caro.
Donald Trump cuestionó la objetividad del juez federal Gonzalo Curiel, por sus supuesto origen mexicano. Ahora el magistrado escuchará un caso en contra del muro fronterizo, prioridad del presidente.
En junio de 2016, el todavía candidato republicano atacó al juez nacido en Indiana, en el marco del juicio que se llevaba en contra de la Trump University, acusada de estafar a varios matriculados.
“Estamos construyendo un muro. Él es mexicano. Estamos construyendo un muro entre aquí y México”, dijo Trump a Jake Tapper de CNN. Las palabras del magnate generaron una ola de indignación que se diluyó cuando el caso se cerró con una compensación a los afectados.
“Él es hispano y ya sabes, yo soy duro en la frontera”, reiteró en FOX.
Los dichos de Trump en contra de Curiel fueron calificados como “racismo de libro de texto” hasta por los republicanos, incluido el vocero de la Cámara de Representantes, Paul Ryan.
En un giro del destino, Curiel escuchará los alegatos del estado de California, ambientalistas y el representante demócrata por Arizona, Raúl M. Grijalva, respecto a si Trump puede renunciar a las leyes ambientalistas para construir su pared.
Lo que eran tres demandas separadas, se consolidaron en una sola y representan una verdadera frontera para las aspiraciones del presidente.
The Washington Post informó que la demanda señala que el plan de la Casa Blanca viola las exenciones que se otorgaron hace más de 10 años para evitar que el gobierno federal eluda leyes federales y estatales bajo pretexto de cuidar la seguridad nacional.
No es la primera vez que los intereses de Trump quedan en manos del juez al que menospreció. El año pasado Curiel escuchó sobre el caso de un inmigrante que alegaba haber sido injustamente deportado por el gobierno federal.
A pesar de la controversia, abogados como Gregory Vega, confían en la rectitud de Curiel, “Puedo decir con certeza que no lo afectará en absoluto… Seguirá el estado de derecho”.
Para activistas, el muro no solo es una transgresión a la buena vecindad y un insulto a la comunidad latina, sino que lastimaría la ecología de la zona.