"De no ser porque vivo en este país, mis pinturas no reflejarían esa multiculturalidad".
Por: Grethel Delgado
Adrián Zavala es un pintor mexicano que vive en Chicago desde el año 2005. Lleva 11 años trabajando como director artístico y creativo en proyectos visuales.
El artista nació en Ciudad de México, en 1977. Aunque sus estudios artísticos comenzaron junto al maestro Carlos Navarro, Adrián recibió clases en conocidas instituciones mexicanas antes de llegar a Estados Unidos en 2005.
Como mexicano, está consciente de que sus raíces han influido en su trabajo. Su arte se enriquece con distintas fuentes culturales, producto de su interacción con la sociedad estadounidense. Su personalidad está marcada por su niñez y experiencias en México, así como por sus valores y defectos.
Actualmente trabaja como Director de Arte en DRAFTFCB, una agencia de publicidad y marketing, resultado de la fusión de Draft y FCB. Previamente, había trabajado en agencias en México, como JWT y Z Publicidad.
A pesar de estar inmerso en el medio publicitario, nunca abandona su trabajo más personal. Zavala es un creador incansable. Ha publicado poemas, y sus obras se exponen en exhibiciones públicas y galerías independientes.
“Pintar es una necesidad para mí, una forma de meditar. Detrás del pincel las horas pasan sin darme cuenta, el tiempo no existe, y las preocupaciones se desvanecen”.
“Estudié Diseño Gráfico en la Universidad Nacional Autónoma de México. Luego fui a la Universidad de Nuevo México para estudiar Arte y Multimedia. Fue mi primera experiencia en Estados Unidos, donde aprendí mucho de la cultura de este país”.
“Mi amor por esta ciudad fue inmediato: su centro, sus barrios, su comida, me encantaron desde el primer día”.
“En Chicago comencé a pintar más continuamente hasta el punto de encontrar una voz como artista que me ha permitido enfocarme y ser más prolífico. Durante un tiempo tomé clases de Filosofía, que influyeron en mi colección actual”, explicó el mexicano.
Sus pinturas recientes se basan en una idea filosófica en la cual la naturaleza humana se divide en seis partes: cuerpo, alma, emociones, conciencia alta, instinto y voluntad. Esta visión refleja de algún modo la esencia del inmigrante, que junta sus desafíos y sueños en tierra ajena, para formar una identidad particular.
“Vivir como latino en Estados Unidos ha influido no solo en la forma de ver el mundo, sino también en la forma en que me expreso y pinto. Estar expuesto a estímulos cotidianos de una y otra cultura, deriva en una dualidad donde la flexibilidad y la inclusión son pilares fundamentales”.
“He aprendido a reconocer y apreciar cada una de ellas y a incluir esa diversidad en mis pinturas. Me gusta pintar personas de diferentes razas y edades. Todas son interesantes y bellas de alguna forma. He conocido personas de muchos lugares del mundo que tienen formas diferentes de ver la vida, y eso también ha sido parte de mi experiencia como artista”, añade Zavala.
“De no ser porque vivo en este país, mis pinturas no reflejarían esa multiculturalidad”.