Celia Sánchez se apoya en la mujer como medio expresivo para subvertir roles que la sociedad le ha otorgado al género femenino.
Por: Grethel Delgado
Las mujeres que Celia Sánchez fotografía tienen historias a flor de piel. La fotógrafa mexicana utiliza signos visuales muy directos, y como la conocida frase, sus imágenes valen por mil palabras.
La artista le habló a Barrio acerca de sus intereses dentro de la fotografía. Su arte es muy personal, y se dedica a retratar aquello que parte de su experiencia, que está profundamente ligado a ella. Y muestra de ese interés estético es su mirada hacia la mujer.
Ya sea en las series sobre maternidad o mujeres del espectáculo, Celia hace de la imagen un cuerpo narrativo, un testigo de estos tiempos. Las modelos que fotografía son quienes cuentan sus historias.
Enamorada de las imágenes fijas
Celia nació en Monterey Park, California, pero su sangre es mexicana. Su madre es de Sinaloa y su padre de Ciudad de México. Vinieron a Estados Unidos cuando eran adolescentes. Realizó estudios en el ArtCenter College of Design, de Pasadena, California.
“Siempre me ha interesado la fotografía”, comentó Sánchez a Barrio vía email. “Siempre he llevado una cámara conmigo; cuando tenía 17 años, mi padre me regaló mi primera cámara profesional y comencé a tomar clases para aprender a usarla. Desde entonces vivo enamorada de la fotografía”, agregó.
Las modelos de Celia son mucho más que personas en una acción determinada. Son personajes, tienen conflictos e historias previas, pues se ubican en contextos muy específicos y se acompañan de objetos y vestuarios cuidadosamente seleccionados.
“Escucho la historia que hay debajo de la superficie”, apuntó en su página oficial.
Su dinámica de trabajo incluye un proceso previo a la sesión fotográfica, en el que interactúa con las modelos. Celia les pregunta sobre sus vidas, y cuando la conversación avanza y surge la confianza, entonces oprime el obturador.
“Mi pasión es contar una historia real, una historia humana”.
La mirada femenina
“Las mujeres son muy importantes para mí. La mayoría de mis personajes son femeninos, y creo que se debe a que me puedo identificar más con ellas, tengo curiosidad por ver qué puedo aprender de ellas. Por ejemplo, fotografié a mujeres que son madres porque yo soy una madre y me interesa explorar qué es la maternidad para otros”, nos comentó Celia.
“También tomo fotos de bailarinas de cabaret, pues aunque no me veo haciendo eso, sí me atrae su confianza y eso es lo que intento capturar”.
Una mano de la que pende una plancha de ropa, como si fuera una extremidad inevitable del ama de casa, la escoba y los utensilios de la mujer doméstica (palabra demasiado parecida a “domesticada”), son parte del discurso fotográfico de Celia.
Las fotografías muestran un diverso abanico de mujeres: santas o brujas, fuertes o débiles, mágicas o terrenales, pero siempre habitadas por una historia.
Madres inusuales
Según comentó a Upworthy, Celia sentía que era diferente a las otras madres. Tuvo su primer hijo a los 23 años, y cuando iba al colegio las otras mujeres se sorprendían por su apariencia, por sus tatuajes. De ahí partió la idea para su colección titulada “Devoted”.
En diciembre de 2016, Univision publicó un artículo sobre esta serie, en la cual Sánchez subvierte la imagen que la sociedad tiene de las madres. Por experiencia propia, Celia sabe que hay muchos tabúes en la sociedad. A pesar de que muchas personas tienen tatuajes, se sigue juzgando a las personas que los llevan, sobre todo si son madres.
Celia Sánchez tiene una profunda sensibilidad para captar el interior de una mujer. Y eso se debe no solo a que es también una mujer, sino a su gran talento y confianza.
“Creo que las mujeres son poderosas y como mujer soy consciente de esa fuerza”, concluyó.