Katy Jurado fue la primera mujer latina en ser nominada a una estatuilla Óscar. Hoy se celebra su aniversario de nacimiento.
Por: Oso Oseguera
No solo fueron sus grandes y profundos ojos, sus arqueadas cejas que enmarcaban esas centelleantes pupilas, o su boca de labios carnosos y la melena abundante, negra y rizada, los que conquistaron a la meca del cine. Fueron su personalidad y su capacidad histriónica (una notable memoria) las que la hicieron una actriz notable.
María Cristina Estela Marcela Jurado García, luego autonombrada Katy Jurado, nació el 16 de enero de 1924 (y así como hay desacuerdo entre el año, algunas fuentes dicen que fue en la Ciudad de México, y otras tantas que en Guadalajara), durante plena Revolución Mexicana. Su padre era abogado y su mamá una cantante lírica, y ambos se opusieron a que la chica se dedicara la actuación. De hecho, Emilio “El Indio” Fernández la quería para una cinta, pero sus papás no lo permitieron. A sus 16 años ya era un portento de belleza.
Fue con la película “No matarás”, de Chano Urueta, con la que hizo el debut y sin el permiso de sus padres. Y para sacudirse el yugo paternal se casó apenas cumplió la mayoría de edad con Víctor Velázquez, de 31 años y actor de cine. De ese matrimonio tuvo dos hijos y tres años en paz; luego se divorció. Y tuvo segundas nupcias con el actor Ernest Borgnine, de 1959 a 1963.
Luego de que los directores Stanley Kramer y Fred Zinnemann vieron “Una tarde de toros”, la llamaron para que hiciera unas pruebas para el célebre western que estaban por filmar: “A la hora señalada”, también conocido como “Solo ante el peligro” (“High Noon”). Le pidieron que hiciera una prueba –narra el sitio Expreso de Media Noche-, pero ella los remitió a las películas que había filmado en México, que fueran al centro de Los Ángeles a ver esas películas para que vieran que ya había hecho ese tipo de papeles. Ellos vieron las cintas y luego la contrataron, la invitaron a cenar y de sorpresa llegó el galán Gary Cooper, que sería su coprotagonista.
En la película “High Noon”, alterna un intercambio de palabras en español con el sheriff, interpretado por Gary Cooper, en un coqueteo y carismático guiño para la comunidad hispanoparlante.
Trabajó con grandes cineastas como Luis Buñuel (“Bruto”), Arturo Ripstein (“El evangelio de las maravillas”), Sam Peckinpah (“Pat Garret y Billy The Kid”), Alejandro Galindo (“La sombra de Chucho el Roto”), Harald Philipp (“Un hombre solo”) e Ismael Rodríguez (“La mujer del carnicero”). Además, actuó al lado de Marlon Brando en “El rostro impenetrable” y junto al icónico Pedro Infante en “Nosotros los pobres”.
Y su belleza provocó comentarios elogiosos como el de Marlon Brando, que dijo: “Sus ojos enigmáticos, oscuros como el infierno, te apuntan como flechas de fuego”.
Y el mismísimo Juan Gabriel le compuso una canción donde menciona a sus ojos y su boca.
Katy Jurado dijo alguna vez que jamás pensó que se iba a dedicar a la actuación. Quería triunfar en Hollywood para regresar a México y ser primera actriz, pero aseguró que la meca del cine jamás fue su meta. Y cumplió su promesa, dividió su vida entre ambos países. Hermosa, profesional y exitosa, Katy Jurado falleció de un paro cardiaco en Cuernavaca, Morelos, en 2002.