Los bosques mexicanos son el refugio soñado para una de las especias más bellas y coloridas del mundo.
Como cada año, las hermosas mariposas monarca llegaron puntuales a la cita para celebrar el Día de Muertos en compañía de sus seres queridos, pues según la creencia mazahua y purépecha, las almas de los difuntos regresan en forma de mariposa, por lo que en varias regiones de México las reciben con ofrendas de cera y copal.
Además, existe otra versión de esta enternecedora leyenda que dice que las almas de los muertos viajan en las alas de las mariposas y es así como llegan a los altares.
Los aztecas las conocían como Quetzalpapálotl y las asociaban con Xochiquétzal, diosa de la belleza y las flores.
Luego de un recorrido de casi 4,000 km desde el sur de Canadá y norte de Estados Unidos, las mariposas monarca llegaron a sus santuarios ubicados en los estados de México y Michoacán, en donde formarán colonias en los árboles de oyamel, que las protegerán del frío y les proporcionarán las condiciones adecuadas para reproducirse.
El pasado 5 de octubre, las Monarca ingresaron a suelo mexicano por Matamoros, Tamaulipas, y el 1.° de noviembre los primeros grupos de reconocimiento arribaron a la Reserva de la Biósfera de la Mariposa Monarca, resguardadas por la actitud conservacionista de los mexicanos, que ven el formar parte de este ciclo como un privilegio e incluso han sembrado flores en algunos lugares para que las mariposas pudieran alimentarse en el camino.
Al finalizar el invierno, este bello insecto, símbolo del sol y la luz, regresará a su lugar de origen, para dar comienzo a un nuevo ciclo, pero mientras tanto, será en México, “la tierra prometida”, en donde descansarán tranquilas.