Miguel Gleason ha dado a conocer miles de objetos pertenecientes a la cultura prehispánica de México, que se encuentran en Europa.
Por: Grethel Delgado
Fotos: Cortesía Miguel Gleason
Conversar con Miguel Gleason es adentrarse en un apasionante mundo de misterios y cultura. Es fácil dejarse llevar por la plática con un interlocutor de este calibre, que tiene tantas historias para entregarnos.
Gleason (México D.F., 1962), realizó estudios de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Iberoamericana. Allí obtuvo el premio de cine “Ariel” por su documental “Travesía de la Obsesión. Expedición al Himalaya”.
Desde entonces ya se perfilaba en él un interés por la investigación. Luego, gracias a una beca, realizó estudios de producción de video documental en Les Ateliers Varan, en Francia.
El fundador de la Asociación “México en Europa” tiene como objetivo crear una plataforma del patrimonio cultural mexicano en tierras europeas. A través de inventarios de objetos antiguos y la difusión de los mismos para uso de investigadores e interesados en el tema, es una fuente de consulta imprescindible para todo el que se acerque a esta materia.
En videollamada con Barrio, Miguel confesó los orígenes de su incansable búsqueda del saber. Y no un saber que solo se proyecta hacia el futuro, sino que bebe de un pasado poco transitado aún. Es precisamente ese universo desconocido de la historia de México lo que Miguel desentraña al rastrear y registrar objetos que van desde tiempos prehispánicos hasta el siglo XXI .
Muchos lo ven como un arqueólogo, pues su labor tiene mucho que ver con esta especialidad. “Soy comunicólogo. No soy arqueólogo, no soy antropólogo, pero evidentemente con todos los años que llevo haciendo esto, ya me hice un autodidacta de estos temas”, afirmó.
Algunos de estos objetos son parte de museos y fueron incluidos por su carácter artístico, pues en el siglo XIX hubo un auge del coleccionismo de piezas de América. Los europeos estimaban mucho el colorido y singularidad de objetos creados dentro de una cultura totalmente nueva para ellos.
Otra parte de los objetos se hallan en colecciones particulares y hasta en fachadas de edificios. Todo esto confirma el inmenso volumen de huellas prehispánicas de México en lugares tan recónditos de países escandinavos.
Su infinita curiosidad por las raíces mexicanas viene desde que era pequeño. “Desde niño me gustaba mucho coleccionar cosas. Evidentemente este tipo de objetos que me apasionan no los puedo coleccionar, ni modo que esté yo comprando en subastas; no tengo tanto en dinero o no hay modo que esté robando los objetos de los museos”, confesó entre risas.
“Lo que puedo hacer es coleccionarlos fotográficamente, entonces de esa manera puedo compartirlos”.
El investigador mexicano habla de su trabajo como si se tratara de un hijo. Y el volumen de sus estudios es precisamente un hijo muy querido, que lleva de su mano hace más de 15 años.
“Al estar lejos de México, pues evidentemente mi país me empezó a faltar”.
Gleason comenzó a indagar en las culturas prehispánicas de México cuando, viéndose lejos de su tierra, sintió la necesidad de encontrar fragmentos, historias que lo acercaran a sus raíces.
“Al estar lejos de México, pues evidentemente mi país me empezó a faltar. Y desde niño he sido muy apasionado con los temas culturales. Entonces, la manera de luchar contra esa nostalgia o esa melancolía de mi país fue precisamente acercándome, aquí en Francia, a los lugares donde había presencia mexicana”, explicó.
En 2001 comenzó el registro de objetos mexicanos en Europa, investigación que fue apoyada por el gobierno de México y empresas privadas.
El libro“México Insólito en Europa”, con prólogo de Miguel León-Portilla, abarca 600 objetos prehispánicos en ese continente.
“Una de las frases que puse en mi libro es que nosotros no podemos saber a dónde vamos si no sabemos de dónde venimos. Por eso es importante conocer nuestra historia. Para que te puedas proyectar hacia el futuro tienes que entender muy bien tu pasado”, dijo Gleason.
En efecto, Miguel ha trazado una línea de tiempo que va “desde el inicio de México, mucho antes de los aztecas: los olmecas”. “Y de ahí cronológicamente hasta llegar a los pintores mexicanos que tienen la influencia de nuestro pasado, de nuestra mexicanidad”, afirmó.
“Soy un enamorado de México”
“Ese es el origen principal. Podemos llamarlo nostalgia, melancolía, desde un punto de vista, pero desde otro punto es el interés profundo que tengo por mi país. Soy un enamorado de México”.
“Cuando empecé a encontrar cosas desconocidas o cosas insólitas que en México no se conocían o que se conocían muy poco, me empezó a entrar un interés suplementario porque ya era hacer de periodista, de comunicar todo esto, de darlo a conocer”, explicó.
Más de 15 años después, Gleason atesora seis proyectos multimedia que abordan la presencia de México en Gran Bretaña, el Vaticano, Francia, España, Italia, Austria, Finlandia, y otros, en un total de 17 países.
“Hay muchos Méxicos. Está el México de los aztecas, está el México de los mayas. Son muchos Méxicos en uno solo. Es un país sumamente intenso, cargado de historia y destino, porque por una coincidencia que tiene que ver con la geografía; es el país de todo el continente latinoamericano donde se desarrollaron culturas muy diversas”, agregó.
México Insólito en Europa
Su labor es hasta la fecha el inventario más completo que se ha hecho del patrimonio mexicano en Europa. El grueso de su trabajo alcanza más de 9 mil piezas registradas solo en Europa, en unos 450 museos, bibliotecas, iglesias y otros centros, en 320 ciudades.
Además, ha realizado entrevistas grabadas en video con estudiosos de Europa y México.
Un camino interminable
Ahora, planea continuar con una investigación similar en Estados Unidos y Canadá. En espera de los recursos necesarios para este trabajo, ya ha localizado 140 ciudades donde hay objetos prehispánicos.
De las ciudades, solo 10 están en Canadá, así que la mayor cantidad de piezas se encuentra en Estados Unidos.