Pueblo mágico y de tradiciones artesanales, donde la Navidad es eterna.
Por: Grethel Delgado
México desprende magia por todas partes. Su cultura, música, comida, todo es arte e historia. Hasta en las celebraciones navideñas tienen elementos únicos.
Las esferas de vidrio son ya usuales en los festejos mexicanos de Navidad. Son muy conocidos dos pueblos donde la tradición artesanal de las esferas es el centro de todo. Se trata de Chignahuapan, en Puebla, y de Tlalpujahua, ubicado en Michoacán.
Y hay un pueblo que se lleva el protagonismo.
Chignahuapan
En el estado de Puebla, este lugar tiene un encanto que atrae a personas de todo el mundo. Chignahuapan fue declarado Pueblo Mágico en el año 2012, y todo el que lo visita así lo afirma.
Con una producción extensa de cientos de talleres, que anualmente crean alrededor de 70 millones de esferas. Todo, mediante procesos artesanales donde la mano del hombre juega un papel importante.
En los talleres de soplado de vidrio surge la magia de las esferas. Allí, tras varios procesos, se obtienen las clásicas esferas y otras figuras.
En los años setenta comenzó el auge de la producción de esferas, colocándose con los años en la cima de la industria local.
Los inicios
Se dice que el michoacano Rafael Méndez Muñoz fue quien abrió el primer taller de soplado de vidrio en Chignahuapan, cerca de 1970, al cual llamó “Casa Méndez”.
Este arte popular se caracteriza por la producción de esferas únicas, que tienen el sello de los artesanos que las crean. Las calles y las tiendas están llenas de coloridas esferas con formas redondeadas y también gran variedad de figuras de vidrio soplado.
Otras riquezas de Chignahuapan
Este pueblo mágico cuenta con una imagen de Nuestra de Señora de Guadalupe de 12 metros de altura. La estatua se encuentra en el Santuario de la Inmaculada Concepción.
Además, hay otras edificaciones religiosas notables como la la Parroquia de Santiago Apóstol y la Iglesia del Honguito. Esta última se llama así por su famosa imagen de Cristo crucificado en un hongo.
Este es el pueblo de la eterna Navidad y de la eterna belleza. Hay que visitarlo para conocer de primera mano estos tesoros.