Los grafitis que cubren varios murales en Los Ángeles, California, serán removidos y las pinturas obtendrán un retoque.
Por: Oso Oseguera
El barrio del Este de Los Ángeles ha sido epicentro de la tradición muralista chicana. Ahí hay cientos de pinturas que rinden homenaje a héroes, tradiciones y problemas de la comunidad.
“En Los Ángeles, desde los años 90, el muralismo chicano empezó a verse como una clase de batalla entre los grafiteros y el muralista“, explicó en 2014 a la agencia de noticias EFE el muralista latino John Zender Estrada, sobre el motivo que llevó a que muchas obras de la urbe estén parcialmente cubiertas con pintura en aerosol.
Por ejemplo, el mural “La Ofrenda”, pintado en 1989 por Yreina Cervantes, y que rinde tributo a Dolores Huerta de United Farm Workers Union (Sindicato de Trabajadores Agrícolas), fue víctima de los grafiteros a pesar de su importancia histórica.
“Es muy importante que la ciudad se involucre más en la idea de restaurar o limpiar murales”, dijo Zender Estrada a EFE.
Actualmente, Yreina Cervantes trabaja muy de cerca con quienes restauran su mural. Carlos Rogel, gerente del proyecto de restauración para el Social and Public Art Resource Center (SPARC) , dijo que solo les tomó un día quitar los grafitis, según reporta The Eastsider.
Hace dos años se anunció la restauración de 19 murales en la ciudad californiana, en particular el de Cervantes, que justo este mes arrancó los trabajos de recuperación.
“Los murales en Los Ángeles surgieron en la década de los años 60 como un recurso de protesta social por pintores del movimiento chicano”, explicó Zender Estrada a EFE. Desde entonces hasta hoy, los muralistas restauran sus obras con fondos propios o gestionan subvenciones en fundaciones artísticas.