El estado mexicano de Tabasco tiene un carnaval con tigres, dioses y bellas mujeres.
Por: Grethel Delgado
Los primeros meses del año huelen a carnaval y fiestas. Sobre todo en Tabasco, donde se celebra uno de los carnavales más interesantes del mundo. Por eso, en su municipio de Tenosique, en estas fechas, las calles se llenan de color y danzas.
El Carnaval de Tenosique es una de esas fiestas milenarias que se han conservado hasta nuestros días para deleite de locales y turistas. Como cada año, el carnaval tiene lugar entre los meses de enero y febrero. En esta ocasión, comenzó el 19 de enero, y las celebraciones se extenderán hasta el 28 de febrero.
“El Mito Se Hace Leyenda”
La apertura del evento fue de la manera usual: todo terminó de color blanco. ¿Por qué? Las personas se avientan harina. Así como lo lees. Se lanzan harina y agua por las calles, en un ambiente de alegría donde nadie se molesta por terminar empanizado.
Las fiestas tradicionales incluyen la “Danza del Pochó” y la Danza de los Blanquitos. Esta última viene de las fiestas de los negros esclavos, donde se pintaban de blanco para ridiculizar a sus amos.
En el caso de la “Danza del Pochó”, su historia va mucho antes de la Conquista. Todo parte de las tradiciones mayas y la celebración donde se purifican los espíritus. Esta limpieza espiritual ocurre en la danza del o dios maligno. El baile de origen precolombino es un ejemplo de la batalla entre el bien y el mal que representaban los indígenas cuando rendían culto a sus dioses.
Esta danza es básicamente un conjunto de danzas, interpretadas por los hombres (cojoes), las doncellas (pochoveras) y los tigres. Los cojoes llevan pañuelos en la cabeza y sombreros de palma con flores. Además portan un paño sobre los hombros, un costal de henequén en la camisa y una falda con hojas de castaño y plátano.
Las pochoveras también llevan sombreros con flores, además de la falda floreada y la blusa blanca.
Y quienes representan a los tigres se pintan el cuerpo con tierra amarilla y manchas redondas. Encima, se colocan pieles de jaguar, de la que pende, a la altura del hocico, una flor roja.
Al ritmo de tambores y un pito de caña de carrizo, se purifican todos. Representan a los cojoes como seres superiores con elementos tanto positivos como negativos.
Hay un dios maligno llamado Pochó, que para acabar con los hombres envía feroces tigres. En medio de todo, las pochoveras sirven de comunicadoras entre los seres terrenales y el Pochó, pero después son mediadoras entre los cojoes y los tigres.
Esta fiesta es para todos, pues los más pequeños también se disfrazan para celebrar la tradición de Tenosique. Así, la cultura milenaria se mantiene viva. ¡Y también el carnaval más raro!