En el realismo mágico mexicano, una profesora recién egresada es nominada al mayor premio cinematográfico tras no poder conseguir trabajo por conflictos sindicales.
Ahora es un modelo a seguir para las mujeres y para las personas indígenas en México. No obstante, pese a lo gratificante que ha sido la experiencia tras la filmación de Roma, el destino que Yalitzia había trazado no era ese.
Yalitza nació en Tlaxiaco, Oaxaca, un municipio de 40,000 personas. Allí, cuatro de cada diez casas no tienen drenaje. Allí, a inicios de 2019 el alcalde fue asesinado tan sólo minutos después de haber jurado el cargo. Sobre esas carencias que limitan la movilidad social, nuestra nominada al Óscar buscó romper el ciclo de pobreza determinado por su lugar de origen.
Pese a haber tenido problemas de lenguaje, y haber podido hablar fluidamente hasta los siete años, Yalitza cursó su educación básica y media superior. Posteriormente, con la intención de ser maestra, se graduó de la Normal de Putla Villa de Guerrero con excelentes calificaciones.
Justo en el momento en que era candidata a ocupar una plaza en algún preescolar, los problemas de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores para la Educación (SNTE) le impidieron continuar el sueño. Regresó a su natal Tlaxiaco, y allí fue profesora del preescolar México. Por las tardes, durante su tiempo libre, ayudaba a su familia a hacer piñatas.
La Sección 22 es conocida por realizar continuos actos contra las decisiones del gobierno. Tan sólo en noviembre del año pasado, los profesores pararon las actividades escolares para protestar en la sede del Congreso Local para exigir su Plan para la Transformación de la Educación en Oaxaca (PTEO).
Mucho se habla de la importancia que tiene Yalitza para las mujeres indígenas o para las trabajadoras domésticas. Sin embargo, su heroicidad va desde su vocación. En un estado donde cuatro de cada diez niños de tres años quedan fuera de la educación preescolar, la vocación y el empeño de nuestra nominada es una luz de esperanza.
Para Cuaron, elegir a la protagonista fue un proceso que tomó meses e involucró ver cintas de audición de más de tres mil mujeres. Para un niño oaxaqueño, obtener una educación de calidad implica sobreponerse a entornos de pobreza extrema y a escuelas secuestradas por la Sección 22. De acuerdo a la asociación civil, Mexicanos Primero, Oaxaca obtuvo una calificación de 3.7 sobre 10 en cumplimiento de su responsabilidad de garantizar el derecho a aprender.
Oaxaca es un estado que vive en las sombras. El Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) ha señalado que el estado sureño no cumple con la medición de rendimiento escolar. Esto se debe a que los procesos no se realizan debido a que no se tiene acceso a los centros educativos resguardados por los maestros de la Sección 22. Mexicanos Primero ha confirmado que en Oaxaca no existe información sobre el aprendizaje de los estudiantes.
“Igual me di cuenta de que en el cine puedes educar a todas las personas de cualquier edad, y de una forma más masiva”.
En un artículo en el NY Times, Yalitza confesó no está segura de si seguirá actuando. Moldear la mente y el corazón de los niños es mucho más fácil que cambiar las creencias arraigadas de los adultos, dijo, pero le ha sorprendido que Roma está logrando precisamente eso. “Creo que igual no es tan diferente de lo que yo creía”, comentó.
Venerada por todo un país, Yalitza siente respeto y admiración por dos personas. Resultado de su vocación, una es la pedagoga y educadora, María Montessori. La otra es la persona en la que se basa su personaje, Libo. De acuerdo a Yalitza, “ella es una mujer increíble, con un corazón enorme… es sorprendente cómo sigue teniendo esa luz y brindando ese amor, a pesar de todo lo que ha pasado”.
Cuando Alfonso Cuarón le dijo a Yalitza que quería que fuera la protagonista del Roma, ella le dijo que no estaba segura. Según recuerda el cineasta, la respuesta de la recién graduada fue: “pues, creo que sí puedo”. Coincidentemente esa frase ahora se conjuga en otro tiempo verbal. Su lugar de origen no determinó su destino; sí pudo graduarse, sí pudo actuar, sí pudo ser aclamada por la crítica, y tal vez obtenga el mayor premio en la industria del cine.