La empresa la difamó acusándola de ladrona y el chistecito le va a salir bien caro.
Jeanette Ortiz trabajó fiel y arduamente durante 14 años en un restaurante de la cadena de comida rápida Chipotle en Fresno, California. En 2015 la empresa la acusó sin pruebas del robo de $626 dólares de la caja fuerte y ahora lo pagará muy caro.
La Corte Superior de Fresno determinó que Chipotle Mexican Grill Inc. debe pagar a la trabajadora hispana con $7.9 millones como compensación por despido injustificado, daños y perjuicios.
Los magistrados argumentaron en la sentencia que Ortiz no es una “ladrona” y por el contrario fue víctima de una argucia para despedirla y difamarla. $1.97 millones serán para compensar salarios caídos y $6 millones son por el estrés y daño emocional causado.
Y es que el ardid que realizaron los administradores de Chipotle para despedir a la empleada de 42 años fue “malvado” y “poco americano”, a decir de su abogado Warren Paboojian.
The Winning Team —Fresno Attorney’s Warren Paboojian, right, and Adam Stirrup emerge from courtroom with their client Jeanette Ortiz after reaching confidential settlement with Chipotle for wrongful termination. A jury last week awarded Ortiz $7.9 million pic.twitter.com/u95Nvj081K
— pablo lopez (@beecourts) May 14, 2018
Todo comenzó cuando Ortiz pidió una compensación a la empresa por un padecimiento conocido como “túnel carpiano” en la muñeca del brazo, generalmente provocado por el uso de la computadora.
Chipotle acusó a la hispana de robo asegurando que existía un video que probaba su crimen, sin embargo cuando pidió verlo, la empresa se negó y luego supuestamente lo destruyó.
Paboojian argumentó que la versión del robo era “ridícula” pues Ortiz ganaba $70,000 al año y gracias a sus evaluaciones calificadas como “sobresalientes” sería promovida a una posición en la que como mínimo haría $100,000.
La cadena es un gigante valuado en $1.3 billones, pero por valerse de este tipo de tretas convirtió en millonaria a una valiente empleada que nunca cedió en sus derechos.
Frecuentemente la comunidad hispana es blanco de abusos laborales, muchas veces impulsados por la condición socioeconómica y migratoria de los afectados.