Ningún paisano se queda atrás, de este o del otro lado de la frontera.
Por: Omar Porcayo
Un inmigrante español definió a México como “el país donde piden que ya no lleguen más voluntarios, porque ya hay demasiados”. Pues bien, la situación no es diferente de este lado de la frontera, donde los consulados de México aceptaron que han sido rebasados por el volumen de ayuda que la comunidad están intentando enviar a su país de origen.
Hace una semana, un terremoto de 7.1 grados Richter sacudió la zona centro de México, dejando una ola de devastación, pero también de solidaridad que ha ayudado a mitigar los efectos.
“Desde Estados Unidos se vive con pesar la tragedia de México”, dijo a Mundo Hispánico Carlos García de Alba, cónsul general de México en Los Ángeles.
De Alba aclaró que las oficinas consulares no tienen los instrumentos para operar como centros de acopio, pero han canalizado la ayuda a los lugares adecuados. El apoyo casi han desbordado su capacidad de comunicación entre las diferentes instancias.
“Todos los mexicanos en este país y particularmente en Los Ángeles, están listos para ayudar de una manera permanente a todos quienes vivieron este drama en carne propia y debemos reconocer que desde el primer minuto de la tragedia, la gente se ha levantado y siguiendo muy de cerca lo que está pasando”, agregó el funcionario.
Organizaciones civiles de inmigrantes desde Los Ángeles hasta Nueva York, se han organizado para recolectar ayuda y enviarla a sus comunidades en Oaxaca, Chiapas, Morelos, Puebla, Tabasco, Guerrero y la Ciudad de México, y han establecido mecanismos para ser lo más eficientes posible.
“Los mexicanos en Dallas, en Chicago, Nueva York, San Francisco, Houston, Denver y en todas partes, están hablando con familiares o amigos o autoridades para saber qué es lo que más necesitan para enfocarse en eso”, dijo Francisco Moreno, vocero del Consejo de Federaciones Mexicanas (COFEM).
A pesar del enrarecido clima político que hay entre México y Estados Unidos, la ayuda en el momento de la emergencia ha fluido con rapidez. El gobierno federal aportó 100,000 dólares a la Cruz Roja Mexicana, y envió un contingente de especialistas para las labores de rescate y remoción de escombros.