El fallo de la Corte Suprema que elimina las restricciones al aborto en Texas tendrá un impacto positivo debido a que su aprobación en 2013 tuvo un efecto desproporcionado en las minorías incluyendo a mujeres latinas.
Por: Mark Sherman (AP)
WASHINGTON — La Corte Suprema de Estados Unidos derogó el lunes la regulación texana ampliamente imitada de las clínicas que proveen abortos, en el caso de interrupción del embarazo más importante que llega al alto tribunal en casi un cuarto de siglo.
Los jueces votaron por 5-3 a favor del argumento de las clínicas, de que las reglamentaciones constituían un intento apenas disimulado de dificultar el acceso de las mujeres al aborto en el segundo estado más poblado de la Unión.
Según la opinión mayoritaria, redactada por el juez Stephen Breyer, las regulaciones son innecesarias desde el punto de vista médico y limitan inconstitucionalmente el derecho de las mujeres al aborto.
Texas había argumentado que su ley de 2013 y su reglamentación eran necesarias para proteger la salud de las mujeres. Bajo esas normas, los médicos que realizan abortos deben estar autorizados a ejercer en hospitales cercados y las clínicas deben respetar las mismas pautas que los hospitales para la cirugía en pacientes ambulatorios.
Breyer escribió que el “requisito del centro quirúrgico, como el requisito de la autorización para ejercer, tienen escaso o ningún beneficio para la salud de las mujeres, imponen obstáculos graves a las mujeres que desean abortar y constituyen una ‘carga indebida’ para su derecho constitucional de hacerlo”.
Los jueces Anthony Kennedy, Ruth Bader Ginsburg, Sonia Sotomayor y Elena Kagan se sumaron a la posición de Breyer.
El presidente del tribunal, John Roberts, y los jueces Samuel Alito y Clarence Thomas disintieron.
Thomas escribió que la sentencia es un “ejemplo de la tendencia perturbadora de la corte ‘de torcer las reglas cuando se trata de cualquier intento de limitar el aborto o siquiera de pronunciarse en oposición al aborto”’.
Thomas citaba una opinión del juez Antonin Scalia, quien murió en febrero.
Los proveedores de abortos dijeron que si las normas hubieran entrado en plena vigencia, se habrían cerrado tres de cada cuatro clínicas en el estado.
Cuando el entonces gobernador Rick Perry sancionó la ley de 2013, había 40 clínicas en todo el estado, que se redujeron a 20.
El secretario de Justicia de Texas, Ken Paxton, sostuvo que “es funesto que la corte quite la capacidad de proteger la salud de las mujeres a los ciudadanos de Texas y sus representantes debidamente elegidos”.
Nancy Northup, presidenta del Centro por los Derechos Reproductivos, que representó a las clínicas, dijo que “la Corte Suprema envió un mensaje fuerte y claro de que los políticos no pueden usar medios engañosos para cerrar las clínicas proveedoras de abortos.
El presidente Barack Obama elogió la sentencia. “Mantenemos nuestro fuerte compromiso de proteger la salud de las mujeres, lo que incluye proteger el acceso de las mujeres a atención médica segura y asequible y el derecho a determinar su propio futuro”.
La candidata presidencial demócrata Hillary Clinton dijo que el fallo constituye “una victoria para las mujeres en Texas y todo Estados Unidos”.
Los requisitos derogados por la corte estaban vigentes en casi todo Texas, Missouri, North Dakota y Tennessee. Están en suspenso en Alabama, Kansas, Louisiana, Mississippi, Oklahoma y Wisconsin.
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