Antes de culpar a los inmigrantes de criminales, Trump debería ver lo que hacen sus "angelitos" de la Patrulla Fronteriza.
Por: Omar Porcayo
Trump publicó la semana pasada una lista de supuestos crímenes cometidos por inmigrantes sin autorización. El documento incluye en su mayoría a latinos que no han sido sentenciados por las acusaciones y varias organizaciones al igual que agencias estatales, han criticado la información por imprecisa.
Ya que el presidente y su pandilla están tan interesados en que se conozcan a los criminales que violan la ley, debería poner la misma atención en las fechorías de algunos elementos de la Patrulla Fronteriza que no le piden nada a los peores rufianes del bajo mundo.
Esta es una lista de horribles agravios documentados de estos supuestos “agentes del orden”.
Intimidaron a un niño mexicano para que bebiera metanfetamina líquida hasta la muerte.
Cruz Velazquez Acevedo de 16 años murió luego de que los agentes de la Patrulla Fronteriza le pidieron que bebiera metanfetamina líquida que trasportaba en un recipiente, en una revisión en la frontera de San Diego, dentro de la garita de San Isidro el 18 de noviembre de 2013.
De acuerdo con las investigaciones los oficiales sorprendieron al menor con la droga, pero él aseguró que era jugo de manzana. Sin medir las consecuencias legales y humanas, le hicieron beber el líquido.
“¡Mi corazón! ¡mi corazón!”, gritó el chico minutos después de beber la sustancia, explicaron a The Washington Post los abogados de la familia mexicana que demandó a la Patrulla Fronteriza.
Cruz murió horas después de desplomarse frente a los agentes.
“Sabemos que él cometió un delito al tratar de ingresar droga a los Estados Unidos, pero se trataba de un joven inmaduro y con el mal juicio de la adolescencia, hizo algo estúpido”, dijo el abogado Eugene Iredale.
“Pero de ninguna manera pueden aplicarle la pena de muerte, una muerte horrible como la que tuvo… ellos estaban conscientes de que era droga”, agregó.
La familia recibirá como compensación un millón de dólares.
Según expertos en el tema, su hijo fue víctima de los traficantes de drogas que se acercan a jóvenes inexpertos para convencerlos de atravesar la droga por unos cuantos cientos de dólares.
Los oficiales Adrian Perallon y Valerie Baird, no fueron castigados y siguen trabajando en la Agencia de Protección Fronteriza, tan campantes.
Dos jóvenes denuncian que fueron violadas.
Dos hermanas guatemaltecas que fueron interceptadas en la frontera entre Texas y Chihuahua han denunciado que un agente de la Patrulla Fronteriza abusó sexualmente de ellas.
El incidente sucedió en julio de 2016 cuando tenían 17 y 19 años. La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) de California presentó la denuncia gracias al Acta Federal de Reclamaciones de Delitos.
En la demanda que publicó Fusion, se relatan los detalles más sórdidos y explícitos de la agresión que sufrieron estas jóvenes que huyeron de la violencia que priva en su país, solo para encontrarse con esto:
“El cuarto no tenía ventanas ni muebles y tenía comida. Parecía una despensa de alimentos, lo cual me hizo cuestionar porque me había traído ahí. Toda la situación se sentía extraña desde el principio”, detalla una de las mujeres identificadas como Clarita.
“Cuando nos encontrábamos en el cuarto que parecía clóset, el policía bloqueó la puerta y me pidió que me quitara el suéter, la camisa y mi tank top. Dijo que esto era para asegurarse que no traía nada ilegal. Pero no paró con eso. Levantó mi brasier, metió sus manos y tocó mis pechos”.
“Luego exigió que me quitara mis pantalones y mis medias. Traté de calmarlo y le aseguré que no tenía nada que esconder, pero empezó a quitarme los calzones de manera forzosa. Me tocó inapropiadamente, rozando mi vagina con su mano”, explicó.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), dijo a la prensa que está investigando el caso, pero no hay ningún elemento suspendido o castigado hasta el momento por este presunto delito.
Agente transportaba drogas y armas.
El agente de la Patrulla Fronteriza, Juan Ramón Pimental, fue encontrado culpable de tráfico de drogas y corrupción, durante su gestión en su puesto en Nogales, Arizona.
Entre otras cosas esta “fichita” fue sorprendida transportando más de 50 kilogramos de droga, vendiendo información de la agencia a organizaciones criminales y en posesión de armas ilegales. Pasará más de 13 años en prisión por crímenes cometidos en su carrera que comenzó en 2001.
A pesar de que Trump asegura que se necesita un muro para detener el crimen, el tráfico de drogas y personas, diversos estudios han determinado que el verdadero problema de seguridad es la corrupción en el cuerpo de oficiales que han recibido hasta 15 millones de dólares en sobornos en la última década.
Organizaciones civiles señalan que el problema se puede agravar por la imperiosa necesidad del gobierno federal de contratar a miles de nuevos elementos, aunque tenga que relajar las medidas de control y confianza para su contratación.
Después de ver esto nos preguntamos, ¿quiénes necesitan un muro?, ¿quiénes son los verdaderos criminales?
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