La Iglesia católica mexicana está en contra de los matrimonios entre personas del mismo sexo. Eso es legal, pero en su intento por defender su punto de vista, se ha pasado de la raya.
Por: Omar Porcayo
Las leyes mexicanas garantizan a todos los ciudadanos el derecho a la libertad de culto y a la libertad de expresión. Es precisamente en esa intersección, donde la Iglesia católica se ha enfrascado en una álgida confrontación con la Comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Travesti, Transgénero e Intersexual (LGBTTTI).
Hace unos meses el presidente Enrique Peña Nieto presentó una iniciativa de ley para permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo a nivel nacional. La propuesta desató una furibunda respuesta desde varios frentes de la Iglesia católica, y provocó un distanciamiento con el partido en el poder (PRI).
De hecho, algunos analistas consideraron que la debacle del PRI en las elecciones de julio se debió entre otros factores, al rompimiento con la Iglesia, ya que la iniciativa se anunció solo unas semanas antes de que estados conservadores acudieran a las urnas.
La alta jerarquía católica encabezada por el cardenal Norberto Rivera, comenzó una especie de “contraataque” a través de su órgano de comunicación, el semanario “Desde la fe”. Ahí no se guardaron nada, incluso publicaron un análisis de los perjuicios del sexo anal, desde su perspectiva.
Para activistas de la comunidad LGBTTTI, se trata de una campaña de odio que vulnera sus derechos humanos y pone en peligro su integridad.
“Venimos a denunciar públicamente a los cardenales de este país, sus mensajes que incitan a la violencia contra la comunidad LGBTTTI; en el semanario ‘Desde la fe’ nos exhiben, nos arriesgan. Por culpa de esos comentarios personas de esta comunidad son asesinadas”, dijo la activista transexual Diana Sánchez Barrios, durante una manifestación el 22 de agosto al Arzobispado de México, en la Colonia Roma, de la Ciudad de México.
“Si Norberto Rivera quiere participar en la política, que deje el púlpito y forme un partido político y se lance como diputado”, agregó.
“Estamos cansadas, cansados de estos mensajes que nada más incitan al odio, al crimen de odio, a la homofobia”. – Leonardo, activista transexual.
No solo los miembros de la comunidad han rechazado las formas de la Iglesia, también grupos de mujeres en pro del aborto y partidos de izquierda, han exigido a las autoridades que pongan límites a esas expresiones, aludiendo al carácter del estado laico y la libertad de culto, consagrados en la Constitución.
“La única manera de parar estas expresiones de odio y de discriminación es con amonestaciones públicas“, dijo la secretaria del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Beatriz Mujica.
La Comisión de Derechos Humanos, también se manifestó por respetar las leyes y no fomentar la homofobia, por más intenso que sea el debate.
Al respecto el subsecretario de Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación, Humberto Roque Villanueva, expresó que hasta el momento las actuaciones de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), no han violentado la ley.
“Defienden un punto para ellos de dogma… Si las movilizaciones atentan contra la autoridad o los gobiernos locales es como podrían actuar y hacer patente la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público”, dijo a Radio Fórmula.
Y es que en muchos estados, las diócesis, acompañadas de organizaciones en defensa de la familia, plantean realizar marchas en la vía pública para manifestar su inconformidad.
La Iglesia ha amparado sus acciones en el derecho a la libertad de expresión. Niega que se trate de mensajes de odio u homofóbicos. Sin embargo, las manifestaciones de muchos de sus ministros, dejan mucho que desear.
“Que se me hace que el presidente Peña Nieto anda buscando un ‘gavioto’ y no ‘gaviota’”: Jonás Guerrero, Obispo de Culiacán.
“La mayoría de los homosexuales reconoce tener adicción al sexo, e inclinación hacia un estilo de vida promiscuo”: Semanario “Desde la fe”.
“Si avalan bodas gay, luego va a haber matrimonios entre perritos”, José María de la Torre, Obispo de Aguascalientes.
Este tipo de expresiones se magnifican cuando provienen de ministros de un culto al que pertenecen el 80% de los mexicanos, y existe una alta tasa de agresiones a personas gays.
La Ciudad de México es el lugar donde se registran más casos de homofobia y crímenes de odio. De hecho, según estadísticas México ocupa el segundo lugar a nivel mundial donde hay más odio hacia la comunidad lésbico gay.
Lo curioso es que el jefe máximo de la Iglesia católica, el Papa Francisco, ha manifestado su desacuerdo con los matrimonios civiles entre personas del mismo sexo, pero al mismo tiempo ha pedido respeto a la comunidad LGBTTTI.
“El catecismo dice que no deben ser discriminados. Deben ser respetados, acompañados pastoralmente”, dijo en conferencia de prensa en junio.
En esa misma disertación, Francisco expresó que la Iglesia debería “disculparse” por haber “marginado” a personas gays.
Los cardenales mexicanos tienen una opinión muy diferente, según lo dijo el vocero de la Arquidiósesis, Hugo Valdemar Romero:
“No hay absolutamente ningún trato, ningún pacto, ninguna disculpa, ninguna retractación y ninguna reunión (con la comunidad LGBTTTI)”.
Parece que los curas mexicanos resultaron “más papistas que el Papa”, y olvidaron la enseñanza, “amaos los unos a los otros”.
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