El destino es curioso, María Guadalupe González soñaba con levantar un cinturón como campeona de boxeo, y terminó dando la más grande alegría de Río 2016 a México, en la marcha, con su medalla de plata.
Por: Omar Porcayo
Lupita González nació el 9 de enero de 1989 en la Ciudad de México. Desde pequeña encontró en el deporte su pasión y forma de vida, sin embargo, la marcha no pasaba siquiera por su mente.
La deportista de 29 años quería ser boxeadora, incluso llegó a la final de un torneo local llamado “Los Guantes de Oro”, pero su bajo peso, le impidió pelear por el campeonato.
“Me dejaron fuera de la final por el peso (bajo). Nunca lo pude dar, entonces me di cuenta que no podía luchar contra eso”, dijo la flamante medallista de plata en conferencia de prensa en Río de Janeiro.
El golpe anímico por dejar el boxeo fue duro, pero no suficiente para que Lupita dejara el deporte. Ana Guevara, medallista olímpica en la prueba de los 400 metros planos, fue su inspiración para entra a las pruebas de pista.
“Como todos veía la televisión de niña. Ves a los atletas y sueñas con esta ahí, así que lo intenté. Admiraba a Ana Guevara, me dije, ‘quiero ser como ella'”, explicó, con su inocente sonrisa en el rostro.
González entrenó duro, pero el destino le tenía preparada aún una sorpresa amarga. Una lesión crónica, le impidió seguir practicando el deporte de la velocidad.
“Tenía 24 años, me iba a retirar del deporte, a ejercer mi carrera, pues en México, casi nadie puede vivir de esto”, agregó.
“Llegué aquí (el deporte de la marcha), por rehabilitación, intentándolo una y otra vez… no me gustaba este deporte”, confesó entre risas.
Lo que Lupita desconocía en ese momento es que tenía un talento natural para la disciplina de la marcha. En solo tres años de practicarla y con muy pocas carreras de alto nivel, ganó la medalla de plata en los Campeonatos Mundiales de Roma 2016, e impuso un récord continental con 1:26.17, en los 20 km.
También fue campeona panamericana en 2015.
Ahora, posee lo que solo otros 63 mexicanos en la historia pueden presumir: una medalla olímpica.
Se une a una generación de mujeres que ha sacado la cara por el deporte olímpico mexicano, entregando 11 de las últimas 16 medallas.