Un empresario mexicano enseña a los rusos a saborear lo bueno.
Por: Grethel Delgado
Un mexicano es famoso en Moscú por sus codiciados productos. Al principio llevaba comidas de América Latina para que sus amigos rusos conocieran otros sabores. Luego, notó que al país más grande del mundo le hacía falta un pedacito de México.
Según un reportaje de Telemundo, Ricardo Virgill comparte su amor por México y por Rusia, pues de uno tiene las raíces, y el otro le dio la bienvenida.
La madre de Ricardo es mexicana, y su padre guatemalteco con raíces jamaiquinas. De esa interesante combinación, Virgill heredó el amor por las tradiciones y los productos internacionales. De ahí su pasión por llevar a Rusia, país donde vive, elementos que solo se encuentran en determinados lugares del mundo.
Llegó a Rusia como inmigrante junto a su hermano, con quien empezó a dar clases de español e inglés. Gracias a los contactos que fue adquiriendo, poco a poco entró en el mundo de los negocios.
Se preguntaba qué podía ofrecerle a los rusos que les resultara nuevo e interesante. Así fue como decidió importar a Rusia productos latinoamericanos, entre ellos el chile y el tamarindo mexicanos.
Todo comenzó cuando llevaba productos de México y otros países para regalarlos a sus amistades. Al ver el gran interés que mostraban por los peculiares sabores, decidió hacerlo de manera más frecuente, hasta crear su negocio Latin & Soul Co., del que vive actualmente.
Chocolates hechos a mano y otros alimentos realizados de forma artesanal son parte de los productos que Ricardo ofrece a sus clientes.
A los rusos les gusta el chile
Ricardo comentó que al principio pensaba que a los rusos no les gustaba el chile, pues es muy picante. Pero cuando les hizo probar el tamarindo con chile, vio que les encantaba y pedían más.
Este orgulloso mexicano se ha convertido en un embajador de lo hecho en México.
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