El tipejo que hizo esto no logrará su cometido, y los ricos elotes volverán de inmediato.
Por: Omar Porcayo
Benjamin Ramírez tuvo un amargo encuentro con un energúmeno de nombre Carlos A. Hakas, que le destrozó el carrito de elotes con el que todos los días se gana la vida en las calles de Los Ángeles. El incidente quedó registrado en un video que causó indignación entre la comunidad hispana, pero afortunadamente ese sentimiento se transformó en solidaridad y los resultados son inspiradores.
Una campaña en GoFundMe ha recaudado hasta el momento de escribir este artículo 13,673 dólares. En un inicio el objetivo eran solo 1,000 dólares para reponer las pérdidas que sufrió Ramírez, pero debido a su éxito, se subió hasta 30,000 dólares, para ahora ayudar a todos los vendedores ambulantes en California, continuamente agredidos por las autoridades y otras personas.
“Cada día los vendedores están en riesgo de ser atacados. La mayor parte del tiempo son intimidados por el departamento de salubridad de Los Ángeles y la policía, pero otra veces por individuos llenos de odio”, se lee en la campaña que comenzó por otro vendedor cuyo equipo de trabajo fue confiscado en Highland Park.
Afortunadamente la policía de Los Ángeles ya busca a Hakas, de origen argentino para que pague los destrozos.
Recientemente el ayuntamiento de Los Ángeles aprobó una medida para despenalizar la venta de artículos y comida en la calle, sin embargo mantiene exigencia burocráticas que las personas deben de cumplir.
En Riverside, una mujer que vendía flores en la calle, fue brutalmente arrestada por un motopatrullero con la complacencia del condado, lo que demuestra que falta un largo tramo para que las fuerzas del orden respeten a gente que solo quiere trabajar.