Literalmente, el "Chapo" Guzmán cada vez está más cerca de una prisión estadounidense. En México debe haber varios políticos asustados por lo que pueda revelar.
Por: Omar Porcayo
Joaquín Guzmán Loera fue trasladado el sábado a un penal de Ciudad Juárez, solo a unas millas de los Estados Unidos. Todo apunta que la llegada del “Chapo” al otro lado de la frontera, se avecina.
“Yo pensé que iba a comer hamburguesas“, dijo líder del cartel de Sinaloa, según contó su abogado, Andrés Granados a Univisión.
Llama la atención que el infame narcotraficante, famoso por su habilidad para escapar de las prisiones, haya sido trasladado a una prisión de mediana seguridad y calificada por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, como el peor reclusorio en la materia, en todo México.
La Secretaría de Gobernación mexicana aseguró que el traslado no tiene que ver con el proceso de extradición al que está sujeto “El Chapo”, y explicó que se debe a medidas de seguridad y a trabajos de remodelación que se realizan en el penal del Altiplano.
Pero cuando el río suena, piedras trae.
En este caso ya un juzgado federal emitió una opinión favorable el lunes para la extradición del capo a los Estados Unidos.
“En virtud de considerarse cumplidos los requisitos establecidos en el Tratado de Extradición celebrado entre los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América”, el órgano colegiado dio luz verde para que la Secretaría de Relaciones Exteriores determine si concede o no el pedimento de la justicia norteamericana.
El equipo de defensores de “El Chapo” ha asegurado que su estrategia es evitar la extradición a toda costa. Sin embargo, otras versiones señalan que podría haber ya una negociación para que el otrora criminal más buscado del mundo, coopere con la justicia de los Estados Unidos como informante.
A Guzmán se le persigue en seis estados de la Unión Americana por narcotráfico, lavado de dinero e inclusive homicidio.
De acuerdo con el abogado Joseph “El Tiburón’’ López, Chicago es el distrito que tiene más posibilidades de llevar al banquillo de los acusados a Guzmán, pues cuenta con grabaciones y testigos que darían más solidez a los cargos.
Anabel Hernández, periodista mexicana, que ha seguido por años el ascenso de “El Chapo”, detalló en su libro “Los Señores del Narco”, la red de complicidades políticas que le permitieron convertirse en el criminal más poderosos del continente.
Hernández explicó que bajo el gobierno de Felipe Calderón y su llamada “Guerra contra el Narcotráfico”, se mermó a bandas rivales, mientras que el cartel de Sinaloa florecía y se quedaba con la mayor parte del territorio.
“No podría entenderse el fenómeno de “El Chapo” sin la ayuda de las altas esferas del gobierno”, aseguró la periodista a CNN.
“¿Quién está detrás de este hombre?, ¿quién hizo que este hombre de este tamaño intelectual se haya podido convertir en el narcotraficante más grande de todos los tiempos?, la respuesta es la corrupción que hay alrededor… toda esta cloaca de complicidad”, sentenció.
Con “El Chapo” tan cerquita de la justicia de los Estados Unidos, ¿cuántos de esos que le dieron una mano estarán temblando en México?
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