#ArteBajoElAgua: Uno de los museos más grandes está sumergido en México

Playas de arena blanca, piñas coladas y atardeceres espectaculares, todo esto ya es un deleite en Cancún. Una atracción yace bajo el agua.

Por: Oso Oseguera

Ahora, escondido de la costa y bajo las cristalinas aguas de este destino vacacional yace un museo un tanto espeluznante como mágico, una de esas cosas que hay que ver para creer.

Se trata de un museo contemporáneo de arte que tiene 500 obras de tamaño natural, que añade una atracción más en Cancún, sólo que para verla hay que sumergirse, ya que está bajo el agua.

Jason de Caires Taylor es escultor, pero no uno ordinario, sino uno que tiene gusto por el agua, por el mar y por el mundo subacuático. Así que decidió juntar estas tendencias y fundar el Museo Subacuático de Arte (MUSA) y montarlo en las aguas de Cancún. Para ello se juntó con Jaime González Cano, del Parque Marino Nacional y con Roberto Díaz, de Aquaworld, una empresa de turismo local.

Roberto Díaz Abraham, uno de los promotores del museo junto a Jaime González Cano del Parque Marino Nacional y el artista Jason de Caires Taylor, señalaron que el museo fue creado para facilitar la conservación de los arrecifes de corales naturales.

Taylor es hijo de un padre inglés y de una madre de Guyana. Él creció en Europa y Asia, donde pasó su infancia explorando los corales de Malasia.

Educado en Inglaterra, Taylor se graduó del Instituto de Artes de Londres en 1998 con honores en Escultura y luego obtuvo el certificado de instructor de buceo y es un naturalista del mundo subacuático.

Con más de 20 años de experiencia, Taylor también es un fotógrafo reconocido que busca enfoques bajo el agua, y célebre por sus imágenes dramáticas, que captan el efecto de metamorfosis del océano en sus esculturas que se integran al ecosistema marino.

MUSA es uno de los museos más grandes y ambiciosos del mundo bajo el agua. Hay tres maneras de disfrutarlo: snorkeling, a través de un bote con fondo de cristal o a través de un tour por la jungla.

El snorkeling es el más socorrido, pero para quienes prefieren permanecer secos, pueden usar la segunda opción.

El museo está dividido en dos áreas: Salón Manchones y Salón Nizuc, el primero está a 8 metros bajo el agua y está disponible para los buzos y quienes gustan del snorkeling. El segundo está a 4 metros de profundidad.

Por 60 dólares el paseante puede disfrutar de una exposición que lo hará reflexionar mientras bucea.