En las últimas décadas, los latinos han dejado a un lado el sueño americano y ya no ven a los Estados Unidos como una opción laboral atractiva
En las últimas décadas, los latinos han dejado a un lado el sueño americano y ya no ven a los Estados Unidos como una opción laboral atractiva. En algunos casos, incluso, eligen quedarse en sus países natales y aportar por el fortalecimiento de la economía local. Factores como ampliación de las oportunidades de trabajo, el arraigo familiar y el deseo de tener a sus seres queridos cerca, son determinantes en esta tendencia.
Los hispanohablantes ya no ven como una gran oportunidad viajar al país norteamericano y dicen que el ambiente se ha vuelto hostil. La xenofobia y el maltrato han aumentado, razones por las que se ha perdido el interés de hacer una vida en Estados Unidos de América.
Para los latinoamericanos, las políticas migratorias se han vuelto cada vez más restrictivas, produciendo desencanto en muchos de ellos y una búsqueda diferente de nuevos horizontes que les permitan alcanzar sus metas y sueños. Las medidas aplicadas desde la administración de Trump, han sido muy contundentes en el control de la migración, desalentando así a quienes estén viendo como opción vivir en este país.
El aumento inminente de la xenofobia y el racismo han jugado un papel crucial, siendo los latinos el grupo demográfico que ha enfrentado un aumento significativo en los ataques discriminatorios, causando vulnerabilidades y sentimientos de no ser bienvenidos en este país.
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Las condiciones laborales y económicas en algunos países latinoamericanos vienen mejorando. Se observa una disminución expresa de las necesidades por alcanzar mejores condiciones de vida, por lo que el desespero por buscar nuevos destinos que les permitan surgir, y así cumplir metas, se han suavizado. También los altos riesgos que los latinos toman para movilizarse hacia Estados Unidos es un factor persuasivo.
Las dinámicas laborales de los latinoamericanos han permitido que sus países de origen alcancen estabilidad económica y social, garantizando el progreso de sus ciudadanos y permitiendo la reunificación familiar. Tal parece que cada vez son menos quienes deciden separarse de sus seres queridos -y quizá no volver a verles- como requisito para alcanzar el sueño de vivir el llamado sueño americano.
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